Llegó la hora

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Salimos del avión y solo se podían ver reporteros tomando fotos. Mis ojos se deslumbraron con tantas luces.

Bajé con cuidado las escaleras por culpa de los tacones y me posé a un lado de Emma, la cual estaba hablando con no sé quién. Los chicos y mi padre estaban tan deslumbrados como yo, a lo lejos se podían ver las chicas fresas que bajaban de los otros aviones o simplemente ya estaban entrando al aeropuerto.

Mis hermanos estaban embobados con esas chicas, yo ni me comparaba con ellas.

-Disimulen un poco-les susurré enojada.

-Están buenísimas todas-dijo Brandon mirando a una chica que pasaba por su lado.

-Esta es la mejor decisión que he tomado-dijo Sonnet mirando el trasero de una.

Son unos pervertidos.

-Muy bien, será mejor que entremos-dijo Emma caminando a mi lado y yo solo trataba de caminar sin tropezar-Tú eres la suplente de Miss New York, la pobre supuestamente la descalificaron por estar operada, tú al ser la otra finalista, competirás por ella.

-¿Y eso es verdad?-Emma ríe ante mi pregunta.

-No. Simplemente sacamos a la chica para meterte a ti-me vio-Pero esa será tu historia por si te preguntan.

-¿Y todas no están operadas?-Emma negó.

-La belleza de estas chicas debe ser natural-vio al frente y luego a mí-Así como la tuya.

No dije nada, no creía mucho esas palabras, pero decidí caminar a quién sabe dónde me guiara.

-¿Cómo haremos con nuestros estudios?-pregunté cuando nos habíamos detenido en la sala de espera. Emma parecía buscar algo.

-El concurso terminará antes de que comience el nuevo curso escolar-dijo y luego sonrió al ver algo, al parecer había encontrado lo que buscaba.

Giré mi vista hacia donde ella veía y había como un chofer con el cartel de "Miss New York" habían mucho otros con el nombre de las demás Mises, supuse que tenía que ir hacia allí cuando Emma comenzó a caminar hacia el chofer.

-Qué difícil fue encontrarte-dijo Emma hablándole al hombre de mediana edad y este sonrió.

-No veo porqué-dijo el hombre volteándose para caminar y nosotros lo seguimos afuera del aeropuerto para adentrarnos en una hermosa limusina negra.

El trayecto hacia la limusina fue abrumador porque habían muchos fotógrafos y cada vez que me fotografiaban susurraban cosas, lo sentía, estaba acostumbrada a ello. Quería ser pequeñita e invisible por primera vez en mi vida. Muchas veces tropecé pero mis hermanos me agarraban para que no se notara y no callera al suelo.

-Muy bien-dijo Emma cuando ya estábamos sentados en la limusina y el chofer estaba arrancando fuera del aeropuerto-Cuando lleguemos a la mansión de las mises no podremos ayudarte mucho, Shelye-ella me vio-Nadie sabe que estás en una misión en cubierto, por lo tanto, yo seré tu entrenadora, los chicos tus guardaespaldas y Albert tu representante, pero todo lo demás debes hacerlo sola, en especial mantenerte dentro del concurso.

-¿Qué es lo que tengo que saber para mi mentira?

-Sé tú misma pero sin serlo-solo Emma le encuentra lógica a eso. Pensé-Solo debes saber qué estas para suplantar a la verdadera ganadora y esa es la historia que le darás a las demás del concurso. Yo me encargaré del resto-suspiré.

-Esto es abrumador-dije mirando la ventana.

-¿Pero vieron esas chicas? Son hermosas y muy elegantes ¿Shelye podrá ser como ellas?-preguntó William riendo y se calló cuando mi padre y Emma lo vieron mal-Mejor no digo nada.

¿Señorita?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora