Gabriel
Desde niño me había sentido diferente, para mí siempre el mundo había sido distinto, las personas eran diferentes a mí en todos los sentidos.
Mi madre no quería aceptarlo, para ella, yo era lo mejor de su mundo, era un niño único y especial, siempre me hacía sonreír y subir el autoestima, era mi heroína. Tan diferente a mi padre, él me miraba de mala forma cuando mamá no lo notaba ¿Qué había de malo con qué me diagnosticaran con trastorno de personalidad múltiple y bipolaridad grado 1?
Siempre iba a ver jugar a mamá, era muy buena, siempre la animaba desde las gradas, sus compañeras de equipo eran muy amables conmigo, me pellizcaban las mejillas hasta que su tono blanco cambiaban a un rojizo y me quitaban las gafas para ver mejor mis ojos verdes. Eran divertidas.
Mis días eran comunes, simples, me la pasaba jugando con mis primos Oscar y Oscary al modelaje, yo era el maquillista de Oscary y ella modelaba para que Oscar le tomara fotos. Eran tiempo divertidos a pesar de que mi padre una vez me dio una bofetada por revisar el maquillaje de mi madre, no quería ponérmelo, solo quería ayudar a mi mamá a maquillarse ¿Qué había de malo en ello?
Al crecer, la vida se volvió un poco más dura, debía tomar constantes pastillas todos los días, mi padre estaba cansado de comprármelas, decía que no servía de nada, pero no, yo no me sentía mal, así que las pastillas surgían efecto, por suerte, mi mamá nunca desistió y gracias a ella tomaba mi medicamento.
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¿Señorita?
Teen FictionShelye creció entre solo hombres cuando su mamá murió y fue criada solo por su padre y sus tres hermanos mayores, por eso, ella decidió convertirse en "uno más" dejando por completo su lado femenino; pero esto se verá afectado cuando ella tenga que...