5. El gimasio

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Sonó el despertador. 

Se me hacía muy raro levantarme y encontrarme mi dormitorio en vez de la habitación tres.

Me puse el despertador a esa hora para ir al gimnasio con Luisa.

De repente me vino a la mente la imagen de Shu acercándose a mí diciéndome: "¿Te excita que estemos nosotros dos solos en un dormitorio?" y casi rozando nuestros labios.

Negué con la cabeza.

"No pasa nada, sólo pretendía tomarme el pelo" me decía.

Me levanté de golpe de la cama y me puse ropa de deporte pensando en todo lo que pasó ayer.

No nos llevó nada de trabajo a los cuatro realizar el proyecto, así que lo finalizamos y se lo enviamos a Azucena.

Después de aquello, como nos sobraba tiempo, merendamos un poco.

Entonces me vino a recoger mi madre. Shu me dijo: "Te acompaño" y yo muy nerviosa por lo de antes le respondí: "¡No es necesario!" y él: "¿Entonces quién te abrirá el maletero para sacarte la maleta? Idiota...". Así que me acompañó y sacó la maleta y cuando vio mi coche soltó una carcajada y dijo: "¿¡Ese es tu coche!?", y yo: "Sí, ¿por? Haber, ¿qué tienes tú?", "Un ferrari" me respondió él.

No tengo ferrari...

Me moría de ganas por contarle todo lo que pasó a Luisa, así que desayuné rápido, me preparé y salí.

-¡Me voy al gimnasio, mamá!-le avisé a mi madre antes de salir.

-Vale ¡Ve con cuidado!-

Llegué al gimnasio.

Siempre había pasado por ahí, pero nunca se me ocurrió entrar.

Nada más entrar me encontré a Luisa.

-¡Hola!-me saludó ella.

-¡Hola! ¿Llevas mucho tiempo esperando?-

-¡Qué va! Acabo de llegar-

El gimnasio tenía de todo: sala de máquinas, sala multiusos, piscina, sauna, jacuzzi,...

Nos fuimos a la sala multiusos a calentar.

Después nos fuimos a la sala de maquinas para ejercitarnos un poco.  

Allí no había mucha gente, sólo viejos. Así que no podría tener unas buenas vistas...

Entonces en ese momento me fijé en un chico por detrás alto y un buen cuerpo.

-¿Has visto a ese?-le susurré a Luisa.

-¿A quién?-me preguntó ella-¡Si todos son viejos!-

-¡Ya! Pero ese de ahí parece que no-dije señalándole disimuladamente-Ese que está levantando pesas-

-Espera...-me interrumpió Luisa-¿No es ese Yuma?-

-¿¡Qué dices!?-la dije en tono irónico.

No podía ser.

Pero entonces me fijé en él.

-¡Ostrás! ¡Es verdad!-exclamé.

En ese momento, Yuma se volteó y nos vio.

-¿Eh? ¿Chicas?-dijo extrañado-¡Hey, Subaru! Mira quiénes están aquí-

¿Eh? ¿Ese tío que había a su lado era Subaru? Es que como sólo había viejos y de espaldas sólo se le veía su pelo blanco...

-¡Joder! ¡Que es Subaru!-exclamó Luisa.

-¡Ya! Yo tampoco me di cuenta-la dije yo dándola la razón.

Después de hacer ejercicio nos fuimos los cuatro a la cafetería del gimnasio.

Cada uno se pidió un refresco y, Yuma, acompañado de dos cubitos de azúcar.

-Te gusta el azúcar, ¿no?-le pregunté a Yuma.

-Sí-respondió el mientras se comía uno de los cubitos-¿Se nota?-

-¡No! ¡Qué va!-dijo Luisa irónicamente.

Hubo un breve pero tenso silencio entre los cuatro. Lo único que se oía eran las ruidosas mordidas que daba Yuma a los cubitos de azúcar.

-Oye-interrumpió Yuma mientras tragaba-Ya que estamos aquí y Sofía no está, tengo que confesar algo-

Luisa y yo nos miramos extrañadas.

-Me gusta Sofía-

-¿¿¿¿¡¡¡¡Qué!!!!????-exclamamos Luisa y yo a la vez.

-Muy bien, Yuma. Como siempre directo al grano-comentó Subaru.

-Espera... A ver, analicemos la situación-dijo Luisa-Yuma, conoces a Sofía desde... bastante tiempo, pero sólo te has relacionado con ella esta primera semana de cole... y te gusta-

-Sí-respondió él dándola la razón.

-¿Desde cuándo?-pregunté yo.

-Creo que esta semana me di cuenta de que es el tipo de chica con la que quiero estar-

¡Qué mono! Este chico era mucho más dulce que los cubitos que se comía.

-Por eso os lo he dicho-continuó Yuma-Quiero confesárselo a Sofía, pero como no la conozco demasiado, no sé cómo ni cuándo. Por eso pensé que a lo mejor vosotras la conoceríais mejor-

-¡Qué mono!-le susurré a Luisa.

-¡Sí!- me respondió.

Nos quedamos las dos pensando.

-Bueno....-dije-a ella le gustan los chicos... malotes-

-¡Eso está hecho!-dijo él-Me gusta correr riesgos-

-Los sexys...-continuó Luisa.

-Le pido ayuda a Kou y hecho-

No sabíamos qué más decir.

Nunca me había encontrado en este tipo de situación. Y por lo que pude comprobar, Luisa tampoco.

Así que Subaru continuó.

-Yuma, yo creo tienes que ser tú mismo, confesándoselo sacando todo lo que tienes dentro y exponiendo tus sentimientos de ese tan potente amor hacia ella y declarándote de la manera más romántica pero natural posible-

-¡Verde que te quiero verde!-continuó Luisa.

Nos reímos los cuatro.

La verdad es que no sabía que Subaru tuviera ese lado tan poeta.

-No le tomes importancia, no es para tanto-continuó Subaru.

-¡No puede hacer eso!-se negó Luisa-Porque, si no lo hace en serio, parecerá como que le da igual-

-Bueno...-interrumpió Yuma intentando cambiar de tema-Haré lo que salga y ya está. Porque es que, al final, nada sale como lo has planeado-

-¡Es que es eso!-exclamé.

Después de eso seguimos hablando de nuestras cosas.

10 Teen Lovers (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora