10 Teen Lovers (Diabolik Lovers)

24. Subaru se enamora

Era lunes. Ni si quiera dormí esa noche sólo de pensar que vería a Shu al día siguiente ¿Cómo debería comportarme? ¿Me maquillo? ¿Qué le digo?... Seguro que no me atrevería ni a mirarle a la cara.

Estaba demasiado nerviosa y confusa, por eso le pedí consejo a Luisa (la mejor consejera que existe en este mundo). Esta dijo que intentara actuar natural, como siempre, pero algo más cercana, ya que nuestra relación ahora es diferente.

Sabía perfectamente que eso no iba a pasar. Pero, aún así, lo iba a intentar.

Estaba en clase sentada en la silla esperando ansiosa por su llegada sin apartar la mirada de la puerta. Ni si quiera hablaba con Reiji y María Nen, estaba demasiado estresada como para eso.

Finalmente llegó.

Al verle inmediatamente di un salto de la silla y me acerqué para saludarle.

-¡Hola, Shu!-saludé feliz.

Mi corazón iba a mil por hora.

Shu se sobresaltó al no esperarse eso, ya que estaba con los cascos puestos. Pero al darse cuenta de que era yo, sonrió ligeramente.

-¡Hola, baby!-me saludó antes de acercarse a mí dándome un beso en la mejilla.

Como si fuera instinto, me sonrojé tras el gesto.

Pude notar las miradas de todo el mundo clavándose en nosotros como si fuéramos aliens.

-Shu, todo el mundo nos está viendo-le advertí nerviosa sin atreverme a mirarle a los ojos.

Shu se apartó de mí-¿Así es como me agradeces que te haya comprado algo?-

En ese momento mis ojos se abrieron como platos-¿Cómo?-

El subió las manos como si fuera inocente-No, ahora no te lo doy-

-Pero, ¿por qué me compraste algo?-

Shu, sin poder contenerse más, hurgó en su bolsillo sacando de su interior una cajita decorada con un lazo.

-Toma-dijo sosteniendo el pequeño presente en el aire.

Recogí el regalo-¿Por qué?-pregunté confusa mirándole, por fin, a los ojos.

El se encogió de hombros-Sólo una tontería para mi novia-

Me dispuse a abrir la caja después de dedicarle una dulce sonrisa.

-De verdad, no tenías por qué-

-Tú sólo ábrelo-dijo él mientras se rascaba la parte de atrás de la cabeza tímido.

Finalmente lo abrí. Eran dos finos anillos plateados unidos con unas cadenitas a otro dorado ¡Dios! ¡Cómo me conocía este hombre! ¡Era precioso!

No pude evitar abrir la boca del asombro.

-¡Oh! ¡Dios mío!-exclamaba mientras me los ponía.

Me quedaban perfectos.

-¡Me encantan! ¡Gracias!-exclamé abalanzándome sobre él para darle un fuerte abrazo.

Shu al principio no supo cómo reaccionar. Pero no tardó en recibirme el abrazo poco a poco.

-No es nada-

Me dejé llevar por el momento y el abrazo ya estaba durando más de lo normal. Ya me había perdido en su perfume.

-Nerea, todo el mundo nos está viendo-repitió Shu.

Negué con la cabeza-Me da igual-

-Nerea-me volvió a llamar mientras me daba ligeros golpecitos en la espalda para que me separara.