25. La escapada (parte 2)

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Finalmente llegaron. Ayato la había llevado a un bosque en medio de la nada. Pero era precioso.

Ayato bajó de la moto y cogió a Alicia de la cintura para bajarla.

-¿Dónde estamos?-preguntó ella.

-Ya lo verás-dijo él cogiéndola de la mano para guiarla.

La llevó a la orilla de un pequeño lago donde se reflejaba todo el paisaje y libélulas de diferentes colores decoraban la escena.

-¿Te gusta?-le preguntó él.

-Me encanta-dijo sorprendida de que le llevara a un sitio así-Es precioso-

-Me alegro de que te guste-dijo mientras se sentaba debajo de un árbol.

Alicia se sentó a su lado apoyando la cabeza en su hombro.

-Siempre venía aquí de pequeño-dijo Ayato-Es como mi escondite secreto. Eres la primera persona a la que se lo enseño-

-Seguro que eso es lo que le dices a todas las chicas-

-Lo digo en serio-respondió él apoyando la cabeza en la suya-Eres la primera a la que se lo enseño. De pequeño siempre venía aquí para escapar de mi madre. Ella nos crió a Laito, Kanato y a mí sola, pero de una manera muy cruel... al menos para mí-

-¿Por?-preguntó Alicia.

-Ella pensaba que yo iba a ser el que mantendría a esta familia, por eso siempre me obligaba a trabajar y estudiar mientras Laito y Kanato se las pasaban jugando. Incluso cuando estaba empeñada en que nací con la misma habilidad que ella de natación, me tiraba al agua casi muriéndome ahogado para que aprendiera a nadar-

-¡Dios mío! ¿Tanto te odiaba?-

-Nunca llegué a saber si de verdad me llegó a querer-

-¿Llegué...?-

Hubo un breve silencio-Mi madre falleció... hace ya 2 años-

Alicia se quedó totalmente impactada tras oír eso.

-Lo siento-

-No tienes por qué. La verdad es que ahora me siento mejor... No la hago demasiado en falta-

-No me extraña... Entonces... ¿con quién vives ahora?-

-Laito, Kanato y yo vivimos solos, pero mi padre, aunque nunca nos puede ver, nos paga todo. Así que no tenemos muchos problemas-

-¡Ah...! Bueno, entonces está bien supongo-

-No me quejo-

Hubo un intenso silencio en el que ninguno de los dos dijo ni hizo nada.

Hasta que de repente Ayato comenzó a sollozar y se llevó una mano a la frente.

-¿Ayato?-preguntó Alicia levantando la cabeza.

-Lo siento...-se disculpó mirando para otro lado-Al parecer sí que la echo de menos-

-No pasa nada-dijo Alicia volteándole la cabeza suavemente con las manos para que le mirara a la cara-Me tienes aquí, ¿vale? Y no te voy a dejar-

Ayato se tranquilizó más y sonrió ligeramente acariciando el rostro de la chica con la mano que luego acercó para darle un dulce beso en los labios. Alicia se lo devolvió y enseguida se fue intensificando más.

Ayato pidió entrada con la lengua y ella se la permitió. El se colocó en frente de ella sin separarse de los besos para tumbarla poco a poco en el suelo. El estaba encima de ella y los besos no parecían acabar nunca. Alicia tenía los brazos por su cabeza y de vez en cuando tiraba del pelo lo que hacía que Ayato gimiera en su boca. El iba acariciándole todo el cuerpo de arriba abajo. Hasta que metió la mano dentro de la ropa de la chica para dirigirse al sujetador. Pero ella le detuvo sujetándole el brazo.

-Todavía no...-dijo ella.

-Está bien-dijo él dándole un beso en la frente-No hay prisa-

Ayato se sentó-Deberíamos volver. Ya nos deben de estar haciendo en falta allí-

-Tienes razón-dijo ella sentándose a su lado.

Él le dio un último beso en la mejilla antes de levantarse y ofrecerle la mano para que se levantara también.

Y así dejaron ellos dos el lugar dados de la mano.

10 Teen Lovers (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora