30. La casa abandonada (parte 2)

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Alicia y Ayato se dirigieron a la planta baja. Ayato iba delante llevando a Alicia de la mano para no perderse.

-¿Ves algo?-le preguntó Alicia.

-Nada ¡Esto es un asco...! En el mapa no pone nada-se quejó este entrecerrando los ojos para conseguir ver algo de la imagen que proyectaba su smartphone.

-¿Y... la ingeniosa idea de irnos un viernes por la tarde a una casa abandonada a buscar dinero de quién era?-

-Vale, vale, sé que aparentemente no suena bien. Pero créeme que luego la recompensa será grande-

-¡Me importa ya una m***** ya el dinero! ¡Ni que fuéramos pobres, joder! ¡Estamos en el Instituto Armonía!-

-Ya lo sé... ¿Pero no te sientes mejor al conseguir una cantidad bastante grande de dinero por ti mismo y no por tus padres?-

-La verdad es que me la suda demasiado. Sólo quiero irme de aquí-

Al escuchar eso, Ayato se detuvo y se volteó para mirarla.

-¿Estás cansada?-le preguntó con mirada de preocupación cogiéndole de la otra mano para tener las dos suyas.

Alicia asintió con la cabeza-Sí. Además, debes de admitir que esto es una m*****-

-Bueno, no si es a tu lado-dijo este inclinándose a ella para besarla.

Alicia respondió de la misma manera para unir sus labios. Los besos continuaron y pronto la escena se fue calentando.

Ayato cogió a Alicia de la cintura para acercarla más, y esta respondió rodeando los brazos en su cuello. Ayato sacó la lengua pidiendo entrada, la cual ella aceptó con gusto. Y, acto seguido, ya estaban las dos lenguas luchando por el dominio. Los besos se iban intensificando cada vez más y más. Hasta que, de repente, Ayato bajo las manos hacia su trasero para, a continuación, darle un apretón, a lo que Alicia respondió con un sobresalto.

Ayato rió ligeramente.

-¿Qué pasa?-le susurró al oído.

-Nada-respondió ella nerviosa-Solo que no me lo...-

Ni si quiera la dejó acabar. El ya se había dirigido a su cuello sellando con sus besos cada parte de su piel. Alicia colocó la cabeza al otro lado para dejar espacio al chico y que hiciera su magia.

Ayato se separó y bajó las manos que antes estaban posadas en su trasero para levantarla y que ella enroscara sus piernas en su cuerpo para no caerse. Alicia ahuecó el rostro del chico en sus manos y continuó besándolo apasionadamente.

Así seguían las lenguas luchando y los dientes mordiendo el labio inferior del contrario hasta que, de repente, un terrible crujido se escuchó invadiendo todo el lugar. Ayato se vio obligado a separarse y girar la cabeza para comprobar lo sucedido.

Se estaba empezando a agrietar el suelo justo debajo suyo. Probablemente por el exceso de peso de una sola vez.

Alicia suspiró sin soltar el rostro de Ayato-Supongo que tendremos que continuar buscando-

Ayato se encogió de hombros-Sí, supongo-dijo dándole un último beso antes de colocarla en el suelo.

10 Teen Lovers (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora