Me salgo de él y me acuesto a su lado. Estamos intentando recuperar la respiración, no nos esperamos que fuera así de intenso, físicamente hablando. Giro la cabeza y me encuentro a Noel con los ojos cerrados y un poco sonriente.
—¿Cansado? –Pregunto sonriente. Abre los ojos, me mira y me sonríe.
—No, pero estoy intentando dejar la mente en blanco.
—¿Por qué?
—Porque me gustaría disfrutar toda la noche y si me pongo a follarte ahora, me dormiré en un par de horas.
—¿Sabes lo que te despertaría? –Me levanto completamente desnuda.
—¿El qué? –Se pone sentado apoyado en el cabezal esperando mi respuesta.
—Una ducha. –Le sonrío y le guiño. Me meto en el baño y noto que me sigue. Me coge la cintura, me gira y me besa.
Yo pongo mis brazos alrededor de su cuello y me dejo llevar. Me levanta y me pone sobre el lavabo. Dios con este hombre, me encanta como me besa, lo da todo y me hace disfrutar.
—¿Por qué eres tan increíble? –Me pregunta suspirando. Yo sonrío y le empujo por el cuello y lo empiezo a besar. Eso lo hace gemir. ¿Este hombre gime bien también?
Como me pone su sonido. Le muerdo el labio y eso parece despertarlo porque gruñe, me mira intensamente. Joder como me mira. Me trae hacia él para ponerme de pie, me gira, me agacha la espalda.
—Agárrate.
Le hago caso y ¡pam!, se mete del tirón, lo que me hace gritar y a él gruñir. Se empieza a mover rápido, este orgasmo va a ir rápido para los dos y lo sé porque estamos muy calientes. Noel me agarra del pelo y me hace levantarme un poco hacía él y nos estamos mirando los dos a través del espejo. Esta imagen de los dos me hace calentarme mucho más y rápido, y su cara.
Lo veo mirarme intensamente, está mordiéndose el labio y su cuerpo está tenso. Es increíble su cuerpo, se le notan todos sus músculos, pero está delgado. Lo suficiente para que no quede feo.
Las venas de sus antebrazos es el punto que hace ponerme caliente y ahora mucho más cuando me está dando. Me suelta el pelo, y su mano pasa a mi coño.
—Me voy a correr. – Le digo suspirando.
—Pues córrete. –Me muerde el cuello suavemente y buf, llego a otro nivel de éxtasis. Y cuando miro hacia él. Me mira y se corre. Es hasta guapo corriéndose.
Cuando termina, nos miramos y veo que me sonríe. No me da tiempo a sonreírle cuando se le cambia a una cara algo asustada.
—Me he corrido dentro. –Ups pues sí, pero mientras que esté limpio no pasa nada.
Es cierto que pocas veces lo he hecho sin condón, porque me gusta prevenir en algunos rollos, aunque estén sanos.
—Tranquilo, tomo la píldora. Si estás limpio no pasa nada. –Se relaja y se sale.
Yo me levanto y ¡Wow!, me tiemblan las piernas de este rapidito, así que me agarro al lavabo mientras lo miro.
—Estoy limpio. –Entonces sonríe y yo se la devuelvo.
—Creo que es hora de una ducha.
—Después de ti, mi señora. –Vaya ahora está en modo gracioso. Le hago caso, me meto en la ducha y cuando tengo un pie dentro y otro fuera, noto una palmada en mi culo.
Me giro y veo que está sonriéndome.
—¿Qué?
—Ay. –Y lo miro seria.
—Ay digo yo. –Se mete pegado a mí y me coge de la cintura. Me da un beso en el cuello.
Abro el grifo y cae hacia abajo, hacia nosotros un chorro de agua casi helada.
—Joder Astrid, ¿me quieres matar? Cambia la temperatura. –Me empiezo a reír y giro un poco y voy hacia su cuello para decirle:
—Blandengue. – Levanta las cejas.
—¿Blandengue yo? –Me abraza otra vez, ya que se alejó cuando notó el agua, y me empieza a hacer cosquillas.
Empiezo a reír fuerte y nos ponemos a jugar los dos, ya que intento hacerle cosquillas también y se las encuentro por el costado. Noel me empieza a tirar agua para que me aleje, pero no lo consigue.
Entonces me sujeta los brazos y me da la vuelta para que esté mi espalda con su pecho, me muerde el lóbulo de la oreja.
—Paremos ya, quiero un descanso y algo de comida para recuperar energía. –Voy parándome de reír y asiento con la cabeza.
Nos duchamos los dos y cuando acabamos yo me pongo mi bata y él una toalla alrededor de la cintura.
Vamos a la cocina y caliento las sobras de la pizza que pidió Isabel para nosotras. Saco patatas y una cerveza para él y un vino para mí. Noel está sentado mirando cómo me desenvuelvo. No aparta la mirada de mí porque yo también lo estoy mirando de reojo cada vez que puedo.
Si Isabel viera esta imagen de Noel, con algunas gotas que han quedado al final del pelo y en el pecho, se vuelve heterosexual fijo. Este hombre se ha formado muy bien y es una vista maravillosa para cualquier mujer.
Pongo la pizza en la mesa y me siento con él. Empezamos a comer silenciosamente, pero nos estamos dando miradas que dicen promesa de más. Más sexo, más diversión.
Miro el reloj y veo que son las cuatro de la mañana. Vaya. Han pasado unas tres horas más o menos desde que nos fuimos.
Me siento revitalizada después de la comida, el sexo y la ducha así que cuando termino me echo hacia atrás y me relajo con mi copa de vino blanco. Cierro los ojos un segundo cuando escucho a Noel.
—¿Cansada? –Sonrío porque recuerdo que esa pregunta, hace un rato, nos llevó al sexo en el baño.
—Revitalizada después de la comida.
—Yo también, gracias. –Lo miro.
—Por la comida. –Y me guiña.
Empiezo a reír porque lo sigo pudiendo interpretar mal. Él también empieza a reírse así que me doy cuenta que lo ha dicho con malas intenciones. Se levanta Noel y veo que empieza a recoger todo de la mesa. Lo pone en el lavavajillas.
—¿Quieres otra copa de vino?
—No gracias. – Le entrego mi copa vacía y éste lo pone en el lavavajillas y cierra la puerta.
Se acerca así que yo abro mis piernas para que se ponga en medio. Me rodea sus brazos por mi cintura y yo dejo mis manos donde estaban, cruzados sobre mí. Acerca su cara hacía la mía.
—¿Vamos a la cama a descansar?
Esa pregunta me hace reaccionar, rodeo mis brazos por su cuello. Le doy un beso casto. Y me alejo, pero seguimos estando nariz con nariz. Sonrío y le pregunto:
—¿A descansar? –Esa pregunta le hace sonreír.
—Por favor Astrid, ¿me quieres matar?
—De placer. –Esa respuesta hace que sus manos pasenpor mi culo y me levanten para llevarme a la cama. Toca otra ronda dediversión. A disfrutar.
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Añejo
RomanceAstrid es una exitosa enóloga de una bodega prestigiosa en Jerez de la Frontera que conoce a su nuevo empleado, Noel un técnico en vitivinicultura. Noel quiere conocerla pero Astrid dice que no hasta cierta noche donde cambia todo.