Capítulo 29

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Me levanto con una pequeña resaca, pero no es nada comparado a otras veces. Pare a tiempo. Voy a la ducha para despejarme y cuando termino voy a la cocina, pasando por el salón donde no hay nadie.

Que raro, Isabel no ha dormido en mi cama conmigo y tampoco está en el sofá, eso quiere decir que, ¡oh dios mío! ¿ha dormido con mi hermano? ¿pero qué coño? ¿qué le pasa a esta mujer? No puede beber alcohol que hace tonterías y se va a arrepentir.

—¿¡Qué coño haces aquí!? –Esa es Isabel arrepentida ya.

—Esta es mi cama.

—¡Yo debería de dormir con tu hermana, no contigo! –Creo que voy a disfrutar de esta escena. Viene bien divertirse de vez en cuando. Me tomo el café mientras los escucho.

—Perdona, pero yo te vi muy a gusto a mi lado así que no creo que echaras de menos a mi hermana.

—¿¡Qué dices!? Estás loco.

—Oh no molestemos a tu hermana, mejor duermo contigo que estoy cómoda a tu lado. –Vaya voz que utiliza para imitar a Isabel que me tengo que reír.

—Yo no dije eso.

—Claro que sí. Además, creo que hasta ronroneaste cuando te pegaste a mí. –Escucho a mi hermano reírse y a Isabel decirle de todo menos bonito y creo que también lo está pegando.

—Yo no hice nada de eso.

—Vale vale, lo que tú digas, me rindo. –Ese es mi hermano que se sigue riendo de ella, pero parece que quiere un alto al fuego. Escucho la puerta de la habitación abrirse y un minuto después veo aparecer a Isabel enfadada y me mira. Y yo no puedo aguantar más que escupo el café y comienzo a reír fuerte.

—Vaya amiga más perra que tengo.

—Vaya amiga más lesbiana. Oh no espera, ¿bisexual? No sabía que te gustaba León. –Me golpea en el brazo.

—Paremos ya con las bromas.

—Ahora enserio, ¿qué pasó anoche? Cuando me desperté ya vi un acercamiento entre los dos, pero como estabais durmiendo, no dije nada.

—No sé lo que pasó. Estaba cómoda con tu hermano y si junto el alcohol, hago tonterías. –Coge una taza y se echa café.

—¿Hiciste algo más que dormir? –Isabel se gira y me mira con los ojos abiertos.

—No, por supuesto que no. Pero me sentí rara. –Ahora es mi turno de poner los ojos bien abiertos.

—Oh dios Isabel no, ¿te gusta mi hermano? ¿y Julia?

—Julia y yo no estamos bien Astrid. El comenzar una relación exclusiva no nos ha venido bien.

—Oh vaya, siento mucho oír eso, pero aun así no es motivo para que te empiece a gustar mi hermano. –Se encoge de hombros.

—No pasa nada, además eso fue la tristeza y el alcohol. Tranquila que no me gusta tu hermano.

—Está bien.

Entra León a la cocina también y va a por una taza de café. Va a ser interesante ver la interacción entre los dos. Isabel se aparta de su camino, pero noto que lo mira de reojo de arriba abajo y luego niega con la cabeza. Mi hermano sí que la mira y le sonríe, pero ella no quiere tener contacto visual directo con él. ¿Seguro que no pasó nada más en esta casa?

Porque para tener a Isabel así cuando ella ha repetido siempre que está muy segura de que es lesbiana cien por cien, es porque ha pasado algo importante. Espero que hablen claro y que Isabel no tenga dudas. Porque si se llegan a juntar estos dos, se matan. No pueden tener personalidades más diferentes estos dos.

—Bueno voy a utilizar tu ducha y me iré a mi casa, que tengo que recogerla ya sabes como soy yo y mi orden.

—Vale guapa.

—Si quieres puedes utilizar mi ducha, quizás estés más cómoda. –Mi hermano sí que sabe provocarla. Creo que se matarán antes de que pase algo entre los dos.

—No gracias, estaré bien.

—De nada, cuando quieras. –Le guiña el ojo. E Isabel se va más enfadada, espero que se dé una ducha de agua fría porque lo va a necesitar para calmar su demonio interior. Yo golpeo a mi hermano en el cuello cuando ella se va.

—Deja de provocarla.

—Ay hermanita, eso ha dolido. Y no la provoco, sólo soy hospitalario con mi ducha.

—Ya claro, ya se siente extraña por dormir con un tío así que deja de martirizarla.

—Uh si se siente así es por algo, ¿te ha contado?

—No me ha contado nada. –Noto que mira hacia abajo.

—Vaya, creía que había pasado algo. –Espera ¿Qué? ¿ha pasado algo más que no ha contado Isabel?

—¿Ha pasado algo?

—No hermanita. Sólo dormimos y ya conoces el resto de la historia. –Me da un beso en la mejilla y se va a la ducha también.

Joder, ahora estoy yo con la intriga. Espero que ninguno de los dos me haya ocultado algo porque ha pasado en mi casa y exijo saberlo. Bueno sí también porque soy una cotilla y quiero saber si hay posibilidades de un romance raro, aunque mis expectativas están muy bajas con estos dos.

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