Entramos en la cafetería, Isabel y yo, para tomar el desayuno y descansar un poco del trabajo. Pedimos tostadas y café y nos sentamos en una mesa en la esquina:
-Bueno, ¿qué te parece el nuevo?-
Una cosa que no hace Isabel es andarse con rodeos, lo aprendí muy pronto cuando llegó nueva al trabajo y me preguntó por toda mi vida, creo que solo le quedó preguntarme por mi DNI.
-Esperaba a un enólogo, no a un técnico de vitivinicultura pero esperaré a ver si se ha equivocado o no el gran jefe con su contratación.
-Claro querida, veremos si hace bien su trabajo.- Me guiña traviesa, lo que hace que directamente piense mal, se por donde va.
-Ja ja ja, ni de coña querida amiga, aparte de que es más joven que yo, no es mi tipo, además con ese rapado y rubio platino, ¿qué se cree un famoso? No me inspira madurez.
-Vaya vaya, son todas palabras amables para el chico que por cierto solo tiene 3 años menos que tú por lo que me parece una diferencia ridícula, ese peinado le hace atractivo y no por eso tiene que ser inmaduro. Además no sabía que tu tipo de hombre fuera uno aburrido.
-¿Ya le has hecho tu interrogatorio especial? Y para responderte, no, no me gustan los aburridos, pero tampoco uno macarra, quiero alguien normal, maduro y divertido y a ser posible de mi edad o un poco más mayor.
-Es muy hablador, no me ha hecho falta preguntarle mucho.
-¡Oh no! Isabel 2.0 pero en chico, no puede ser.- Me quejo dramáticamente pero en broma. Adoro a Isabel y ella lo sabe, muchos días le agradezco que sea ella la que hable sin parar ya que no soy muy conversadora.
-Ja ja ja, soy increíble y lo sabes, y seguro que este chico también. Yo le daría una oportunidad, presiento que no le importaría tener una amistad contigo, y quien sabe más...
De verdad esta chica no para de intentar de juntarme con cualquier hombre del planeta. Parece que no entiende que no quiero tener una relación seria con nadie, y menos con un compañero de trabajo. Yo solo quiero tener aventuras, dominar en la cama a un tío, correrme y decirle adiós después.
-Por mucho que insistas Isabel, no va a pasar, es un compañero de trabajo, es joven y no es mi tipo. Asúmelo de una vez, podemos ser amigos y llevarnos bien como tú y como yo pero eso es lo único.
-Bueno, me vale con eso, mientras que no le metas miedo como a los otros chicos.
-¡Yo no hago eso!- grito demasiado alto que se voltean todos los del bar-
-Perdón.- me disculpo y vuelvo a mirar a Isabel:
-Yo no hago eso, si no soportan la presión es su problema no el mío.
-Astrid, asume que eres la poli mala y yo la poli buena, no te culpo, eres así y ellos podría intentar más sacarte conversación o algo, pero la primera impresión que les causaste bueno, no era muy amigable.
-Supongo que soy la poli mala, pero quería dejarles claro cómo iba a ser su trabajo.
-Lo sé, pero mi consejo para que no te llamen más el sargento, y sí, sé que lo sabes, es al menos sonreír y dar los buenos días, creo que ayudaría.
-Lo intentaré, aunque a Noel no parece haberle causado miedo.
-La verdad es que no, sorprendente, creo que por eso me gustó al instante, porque no se va a cohibir ante ti si pasa algo.
-Ajá, bueno vámonos que hay que seguir con el trabajo.
Pago el desayuno por las dos y nos volvemos al laboratorio a trabajar. Me siento, y empiezo a medir algunas cosas que dejé a medias mientras pienso en la conversación del bar. ¿Tanto miedo doy? Bueno quise causar respeto y decir aquí que yo soy la jefa pero bueno si ellos se han asustado así de rápido no es mi problema. ¿Noel? De ninguna manera, cierto es que parece amable, pero aquí somos compañeros de trabajo. Afuera podemos tener nuestras charlas pero nada más. No lo veo para dominarlo, creo que me aburriría, además es más joven por lo que tiene menos experiencia, así que ¿conclusión? Amistad y solo amistad.
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Añejo
Storie d'amoreAstrid es una exitosa enóloga de una bodega prestigiosa en Jerez de la Frontera que conoce a su nuevo empleado, Noel un técnico en vitivinicultura. Noel quiere conocerla pero Astrid dice que no hasta cierta noche donde cambia todo.