-¡Pi pi pi pi!
6:30 de la mañana de nuevo. Hoy es lunes, comienza una nueva semana de trabajo, ¿Ocurrirá algo nuevo?, no lo creo, esto es una nueva semana pero haciendo lo mismo, taninos, polifenoles, color y más cosas para medir. Eso no quiere decir que odie mi trabajo, para nada, amo mi trabajo y estudié mucho para conseguir mi título y luego mi trabajo como enóloga jefe de una gran bodega.
Me visto con una camisa azul, pantalones de pitillo y unos tacones negro. Mis compañeras no entienden cómo puedo estar en tacones 8 horas al día sin quejarme ninguna vez, supongo que estoy acostumbrada, y además me estilizan mucho las piernas y así que ¿por qué no?
Desayuno y luego voy a por mi coche, mi nene, mi gran "bmw m2" azul. Parezco un poco hombre tratando a su coche como su mujer con su nombre propio y todo pero me ha costado mucho conseguirlo y lo trato como si fuera el amor de mi vida. Oh, perdón, lo trato como el único y gran amor de mi vida.
En cuanto enciendo el coche sale a todo volumen la canción de "Mala mujer", oh si, lo que necesitaba, me siento así, y más como jefa que soy. A veces soy una cabrona y exijo mucho a los chicos de prácticas además de los trabajadores interinos, pero este trabajo es muy importante al igual que los resultados. Sé que por detrás me llaman "La sargento", pero no me importa siempre que hagan su trabajo.
Llego a la entrada y saludo al hombre de seguridad, y aparco. Lista para un nuevo día, entro en el edificio y me encuentro a Isabel, mi gran compañera y amiga, y una par de chicas más que trabajan aquí pero no conmigo. Las veo susurrar animadas y mirando hacia el laboratorio, las saludo, e Isabel me llama para que vaya:
-Parece que tienes un nuevo compañero e interino. No a un pobre de prácticas al que puedes darle miedo. –Me dice animada Isabel-.
-No les meto miedo, solo digo que esto es un trabajo serie y no se permite las risas, solo afuera del laboratorio.
-Si claro claro, bueno, yo solo digo que quizás te guste bastante a este nuevo compañero. Por lo menos a mí sí, a ver, no me gustan los chicos pero este tiene su punto hasta para mí. –me guiña el ojo y parece que me quiere decir algo más pero no se atreve.
Entro al laboratorio para ver quién es el nuevo cuando me encuentro al gran jefe, al dueño de la bodega, don Rafael y a su hijo Pablo, con mi nuevo compañero por lo que parece. Don Rafael le está contando algo al nuevo hasta que me ve y me saluda:
-¡Hola Astrid!, estaba aquí enseñándole las nuevas instalaciones a tu nuevo compañero de laboratorio, y así aprovecho para ver cómo va todo por aquí –me guiña y continúa- Además estábamos esperándote para presentártelo, mira, este hombre de aquí es Noel, es técnico de vitivinicultura, entiende de laboratorio, además que nos vendrá bien para los demás ámbito de la bodega.
-Hola, encantado de conocerte. –Me sonríe amistosamente.
Nos damos las manos y digo:
-Igualmente encantada. –También sonrío.
Vaya un técnico, me esperaba algo más pero bueno, no es que el gran jefe me haga caso en lo que le pido. Soy buena en mi trabajo y una de las mejores de la zona, por eso me mantiene aquí, además que me paga muy bien, pero a la hora de pedir un empleado cualificado como un licenciado en enología, parece que no lo pilla.
Este hombre, Noel sí, parece que quiere seguir en sus veinte años, rapado y teñido de rubio, ojos marrones, con un piercing en la nariz, barbita de tres días y bastante alto por lo que parece, puede que me saque 10 centímetros por lo menos. Parece que es de complexión fuerte pero no estoy segura.
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Añejo
RomanceAstrid es una exitosa enóloga de una bodega prestigiosa en Jerez de la Frontera que conoce a su nuevo empleado, Noel un técnico en vitivinicultura. Noel quiere conocerla pero Astrid dice que no hasta cierta noche donde cambia todo.