Es lunes a las diez del mediodía cuando suelto a Noel en su casa.
—Gracias por este fin de semana, me ha ayudado a despejarme de todo. –Se inclina para darme un beso fugaz en los labios.
—De nada, encantada de haber compartido mi casa contigo. –Le sonrío.
—No te entretengo más que tienes que ir al trabajo.
—Claro, no te preocupes.
—Te llamo después, ¿vale?
—Sí.
—Y si está el gran jefe dile que el miércoles me reincorporo seguro.
—De acuerdo, no te preocupes. –Me da otro beso fugaz y sale del coche directo a su casa.
Yo me dirijo a la bodega, sé que llego tarde por dos horas y media, pero no creo que haya problema ya que ni Pablo ni el gran jefe se suelen acercar los lunes. Además, entenderán el por qué de mi tardanza.
Llego al laboratorio y saludo a todos incluido a Isabel que me dice un hola bajito y con la cabeza gacha. Sabe que tenemos una conversación pendiente y mi hermano es el centro de la conversación. Pero es que me parece muy fuerte, Isabel y mi hermano juntos coño, ¿pero no era lesbiana cien por cien? ¿se ha pasado al bisexualismo? ¿y cuándo pasó todo eso?
Me pongo en el ordenador a ver todo lo que se ha trabajado en mi ausencia y parece que han avanzado bastante. Eso me gusta, que puedan continuar sin mí y no nos atrasemos en el trabajo.
Voy a hacer parte de mi trabajo y es al lado de Isabel por lo que aprovecho un poco.
—¿Qué tal Isabel?
—Bien, ¿y tú con todo lo que ha pasado?
—La verdad que mejor de lo que esperaba, Noel está un poco deprimido, pero es normal, pero no se le ve que vaya a dejarse ir, sino que va avanzar junto a su hermana.
—Me entristece y me alegra a la vez porque...
—No tengo ganas de hablar de eso ahora mismo, hablemos de ti y de mi hermano. –La interrumpo para ser directa como ella, me ha enseñado bien.
Isabel me mira un poco aterrorizada de lo que vaya a pensar, pero lo que quiero saber es toda la historia porque nunca me lo hubiera imaginado.
—Yo todavía no sé qué ha pasado, yo no sé, surgió de repente, un día estábamos discutiendo y al otro nos estábamos besándonos y yo solo me dejé llevar. –Está balbuceando, pero lo está contando poco a poco, espero que no de muchos detalles porque es mi hermano.
—Pero, ¿te gustan los chicos ahora? –Toda esta conversación la tenemos en bajito porque no les importa a los demás esto.
—No, me gustan las chicas y León.
—Joder Isabel, eres una caja de sorpresas.
—Sí lo sé, creo que soy ahora Leónsexual.
—¿Qué? –Comienzo a reír.
—Buena palabra has creado.
—Debería crear mi propio diccionario. –Comenzamos a reír las dos mientras que nuestros compañeros nos miran extrañados. Cuando nos damos cuenta paramos y seguimos con nuestro trabajo.
—Espero que lo vuestro funcione.
—Sí, y yo.
Todos seguimos con nuestros trabajos hasta que llegan las dos de la tarde. Veo que todos empiezan a recoger e irse e Isabel parce que me está esperando.
—¿No vienes?
—Voy a recuperar, aunque sea una hora de hoy, termino este par de análisis y me voy.
—Me quedaría, pero estoy muerta de hambre, diviértete.
—Sí, y tú.
Me quedo sola en el laboratorio salvo el de seguridad y un par de hombres que están al otro lado en la embotelladora. Y cuando me doy cuenta veo que Isabel se le ha olvidado el móvil en la mesa, sino se da cuenta antes, iré a su casa a llevárselo. Es un desastre.
Cuando estoy pasando los resultados de los análisis, escucho la puerta del laboratorio abrirse. Giro la cabeza y veo que es Pablo y parece que está bastante serio.
—Hola Pablo.
—Hola Astrid, veo que has vuelto al trabajo.
—Sí, lo siento por eso, tuve cosas que atender.
—Ya veo, y tú amigo también por lo que veo.
—Sí, Noel se reincorpora este miércoles al trabajo.
—Que bien, ya era hora. –El tono que está empleando en esta conversación no me gusta nada, lo noto cabreado y apesta un poco a alcohol a medida que se va acercando a mí.
Me levanto, con la excusa de ir en busca de una muestra para poder alejarme de él, pero sigue con su caminata para seguirme.
—Sí, lo ha pasado bastante mal con el tema de su abuela.
—Sí que le vamos hacer, todas las personas mueren. –Vaya, ese ha sido un comentario un poco cruel, es la verdad, pero cruel en estos momentos.
—Pero aun así nos entristecen.
—Parece que Noel no es un hombre. –¿Qué coño?
—¿Qué?
—Que llore por una abuelita pobre y te deje a ti de lado para llorarle, no es digno de un hombre.
—¿Qué sabrás tú de ser un hombre? –Me está tocando las pelotas el niñato de papá.
—Te puedo demostrar lo hombre que soy. –Y de repente me coge el brazo y se acerca un paso a mí. –Déjame demostrarte y no te arrepentirás.
Empiezo a forcejear un poco para que me suelte, lo cual hace y me alejo más de él.
—La respuesta es no, y deberías irte, estás borracho por lo que veo y no es buena idea lo que sea que estés pensando.
—Yo creo que no, follarte es una gran idea. – ¿Qué?, ni de coña. Veo a que distancia estoy de la puerta para salir corriendo de allí y llamar al de seguridad, pero Pablo ve mis intenciones y antes de que salga corriendo, se acerca rápidamente a mí, me coge del brazo y me echa para atrás para ponerme contra la encimera y él delante bloqueándome la puerta.
—Lo tuyo sí que no es buena idea, el irte del laboratorio corriendo sin antes darme una buena follada. Tú eres la que no tienes buenas ideas Astrid.
Comienza a besarme en el cuello, pero yo tiro de sus dedos hasta que le crujen, y cuando suelta un poco mis brazos, aprovecho y le doy un puñetazo, pero no llego muy lejos porque me coge de nuevo y me pega un puñetazo en la cara que me deja bastante aturdida.
Estoy en el suelo por el impacto del puñetazo por lo que Pablo aprovecha para agacharse y quitarme los pantalones.
—Ahora verás lo que es un hombre de verdad. –Intento forcejea un último intento con todas mis fuerzas, pero me pega una cachetada bastante fuerte en el otro lado de la cara y después me agarra de los dos brazos para que no me mueva y se pone en posición.
Joder me duele la cabeza, creo que me voy a desmayar, pero intento ser fuerte e intentar forcejear, pero es imposible, no puedo, me tiene bien agarrada, dios no puedo creer que me vaya a violar este desgraciado, ojalá pase pronto este infierno o venga el de seguridad o alguien, no me importa con tal de que lo quiten de encima de mí.
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Añejo
RomantikAstrid es una exitosa enóloga de una bodega prestigiosa en Jerez de la Frontera que conoce a su nuevo empleado, Noel un técnico en vitivinicultura. Noel quiere conocerla pero Astrid dice que no hasta cierta noche donde cambia todo.