Conforme sigue avanzando la semana, Noel y yo nos evitamos todo lo que podemos y nuestros compañeros se dan cuenta, cosa que no quería que pasara. Pero a estas alturas ya me da igual lo que piensen y digan, lo único que quiero es decirle todo lo que siento a Noel y que se lo crea, pero va a ser difícil porque está el factor Rocío. Sí, ese puñetero factor que está ahí comiéndole la cabeza a Noel haciéndose la víctima, y yo no puedo decirle que vino al trabajo para tener una charla conmigo y que no fue muy amable porque ya sería lo último que aguantara de mí Noel.
Estoy haciendo un informe sobre los últimos resultados, cuando noto a alguien detrás de mí y cuando me doy la vuelta me encuentro a Noel, serio, mirándome ¿qué le pasará ahora?
—Tengo que poner una cosa nueva en el inventario. –Vaya sólo era eso, no sé porque me he hecho ilusiones.
—Ah claro. –Me aparto y le dejo que escriba. Ahora que lo he perdido ¿lo veo más guapo? Esa barba, le está creciendo el pelo moreno sobre el rubio platino, pero también le queda bien.
Termina de escribir y dice un bajito ''ya'' y se va. Pues anda que ha sido interesante la interacción entre nosotros y más cuando veo a mis compañeros mirando disimuladamente a ver si pasaba algo, menos Isabel, que ha mirado descaradamente.
No me extraña viniendo de ella. Veo que se acerca y me dice bajito.
—Límpiate esa baba que se te ha caído. –Se empieza a reír y yo me enfado y la golpeo aunque no muy fuerte.
—Cállate.
—Si si, pero a ti se te sigue cayendo la baba ¿por qué no hablas con él e intenta arreglar las cosas?
—Es complicado, te lo cuento todo el sábado ¿vale?
—Por supuesto.
Volvemos las dos a nuestros respectivos trabajos y seguimos así hasta que llega la hora de terminar por hoy. Me despido de todos menos de Noel que se fue enseguida como si tuviera prisa por llegar a algún lado. Será con su gran amiga.
Voy para mi casa y aparco en el garaje. Hoy espero estar relajada en mi sofá y quizás leyendo un buen libro pro parece que he cambiado de planes. Me encuentro a mi hermano León en la puerta de debajo de mi casa y está con una maleta. Oh vaya, que no sea malas noticias por favor.
—Hola hermano ¿qué pasa? –Me acerco y le doy un beso en la mejilla.
—Hola hermanita, quería preguntarte si podría pasar lo que queda de semana en tu casa. –Ya está usando su táctica de cara de pena.
—¿Ha pasado algo?
—Mi casa por ser vieja ahora le ha salido un par de fugas en las tuberías y he decidido cambiarlas todas y tengo que estar una semana fuera. Y pensé en ir a casa de nuestros padres, pero es coger diez kilos de más con mamá.
—Vale, pero tienes que ayudar a limpiar ¿trato?
—Hecho. –Nos damos las manos y subimos para el ático. Parece que tengo nuevo compañero de piso.
Entramos en casa y León se va a la habitación de invitados a llevar sus cosas. Enseguida sale y va hacia el frigorífico y ve que no hay apenas nada.
—Hermana ¿tenías pensado hacer la compra en algún futuro cercano?
—Eh creo que sí, últimamente o he comido afuera o he pedido comida a casa.
—¿Seguro? Te veo bastante delgada. –Puto hermano observador, voy a tener a mamá 2.0 aquí viviendo conmigo.
—Seguro.
—Está bien, pues vamos a comer unos sándwiches ahora y luego vamos de compras. Me gusta pedir e ir a comer comida basura, pero también quiero cocinar mi propia comida.
—Vale hermanito, prepara la comida y yo mientras descanso un poco.
—¿Te pasa algo? Te veo apagada.
—Nada, problemas que se solucionarán con el tiempo. –Se gira y me pregunta.
—¿Tiempo?
—Sí, a ver cuándo se decide a escucharme y creerme en lo que digo.
—Oh, ¿problemas en el paraíso?
—Si con problemas quiere decir que aparezca su ex a reclamarlo de forma de víctima y él se crea que sólo quiere ser su amiga, pues sí, problemas. –Entrecierra los ojos y niega con la cabeza.
—Sí que es jodido hermana y si él no ve más allá, tú no puedes hacer nada. Lo siento, pero bueno puedes hacer otra cosa que quizás funciones. –Uh vaya eso me interesa, mi hermano con un plan.
—Qué cosa. –Lo veo sonreír, oh oh, me meteré en problemas.
—Atacar de la misma forma, discúlpate, dile que quiere ser su amiga, pero sin sexo y a partir de ahí que crezca la amistad, pero eso sí provoca como tú solo sabes y no cedas fácilmente.
—Eres una perra mala, hermanito. –Sonríe y se encoge de hombros mientras me trae la comida y se sienta a mi lado.
—Escucho hablar a las mujeres y veo películas. Algo se pega.
Nos ponemos a comer mientras mi hermano pone la televisión y yo me pongo a pensar en su plan. No es un mal plan, pero mi hermano no ha contado con que ella le come el coco de una forma en que a mí me ve como su enemiga y si me ve así y provocarle, no sé cómo acabará todo.
Podría disculparme y decir lo de amigos y después tantear como está el terreno, pero quizás es arriesgarse a dejarle camino libre a la otra. Que lío, ojalá no fuera tan difícil todo esto. Con lo tranquila que estaba yo con mi trabajo, mi familia y mis amigos y tiene que aparecer él para poner mi mundo en un lío revoltoso.
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Añejo
RomanceAstrid es una exitosa enóloga de una bodega prestigiosa en Jerez de la Frontera que conoce a su nuevo empleado, Noel un técnico en vitivinicultura. Noel quiere conocerla pero Astrid dice que no hasta cierta noche donde cambia todo.