PAUSA

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Su cuerpo era perfecto.

La extensión de sus piernas y la flexibilidad de sus movimientos, me provocaron decenas de calambres en la parte baja.

El simple hecho de verlo arrodillado, mientras se metía en la boca mi hombría, me hizo olvidar dónde y en qué situación estábamos.

Sabía hacerlo. Yo conocía su pasado. En Japón, estudió en una buena escuela de danza y ahí conoció varios chicos con los que tuvo relaciones fugaces, nada serio. Aquí, durante nuestra época antes de debutar, supe que fue pareja de un idol mayor y de un grupo más famoso. Tuve mis candidatos, pero él jamás nos dijo quien fue.

Mis piernas se abrían ante él sin voluntad propia. Era hipnotizante ver y sentir esos labios succionar y mojar mientras que sus dedos largos y estéticos se movían a una buena velocidad. Si seguía así, terminaría dentro de su boca.

Los calambres aumentaron, si no lo detenía terminaría todo.

—Detente, no sigas.

Aunque no quise, se levantó y continuo besando mis labios, hambrientos de mi. Sentía el descontrol y el apuro en sus manos. Me tocaban todo aquello que podía alcanzar, me sentí dominado.

—Recuestate, estaré sobre ti.

Su voz se escuchó extrañamente ronca.

—Si —dije casi en un susurro.

Sin nada de ropa, me acomodé en la cómoda cama involuntariamente, abrí las piernas y lo recibí con los brazos abiertos. Me aferré a su cuello mientras volvíamos a besarnos. Su piel era suave y el olor del sudor que desprendía era embriagador. Chupe sus clavículas, lamí sus labios y mordí ese precioso cuello que tiene.

—Penetralo. Hay un lubricante debajo de la cama y condones.

Esa asquerosa voz me desconcentro. Me fijé donde estaba el pendejo aquel y su horrible cara sonreía.

—No lo mires, ignoralo. Sólo observame a mi. No dejes de mirarme a los ojos —N se agachó por el lubricante y el condón.

Me dio un beso en la frente.

Lo vi poner un poco en sus dedos y con suavidad bajo la mano hasta mi entrada. El frío del lubricante me hicieron retroceder. Las piernas se me cerraron en automático.

—Tranquilo amor mío. Iré despacio, no te haré daño —abrió con cuidado mis piernas y volvió a masajear mi ano. Esta vez la sensación fue diferente —. Jamás te haría daño.

Sus palabras, cargadas de sentimientos, se enterraron en mi pecho.

Metió los dedos y a la vez, se encargó de besarme.

Cuando supo que estaba preparado, puso más lubricante y abrió el condón.

Lo detuve.

—No te lo pongas, confío en ti.

—¿Estás seguro? —preguntó.

Nos miramos fijamente y la complicidad del momento me asustaron.

En ese momento sentí un extraño mareo, como aquel que te da cuando te levantas de golpe. Fue ligero, pero sabía que era provocado por él. Hakyeon transmitía su magia de diferentes formas, muchas de ellas en palabras o en miradas.

—Lo haré ahora, respira profundo. No dejes de mirarme.

Asentí.

Tenía miedo.

Dolería.

Abrió y levantó más mis piernas. Lo rodeé con ellas y me sujete de la almohada.

No dejé de mirarlo.

El negro de sus ojos me penetró al mismo tiempo.

El dolor fue ligero, pero punzante.

Poco a poco fue entrando hasta que su pelvis chocó con mis nalgas.

El vaivén fue despacio. La invasión en esa zona no era nada agradable. Tenía muchas sensaciones menos la de placer.

Cerré los ojos y me concentré.

N aceleraba por ratos y se detenía para besarme. Lamió mis pezones y me masturbó.

Seguía siendo un poco doloroso y desagradable.

—Hazlo más rápido, maldita sea. Ninguno de los dos es una puta virgen. Dale duro.

—Por favor tenga consideración, sí es su primera vez.

—Me vale verga, penetralo fuerte o le pediré a uno de mis chicos que lo haga por ti.

—Hazlo, estoy bien —comenté antes de que el asunto se calentara —. Mientras seas tú, todo está bien.

Lo atraje a mí y lo besé lo mejor que pude. Todo su cuerpo reaccionó, porque sus caderas comenzaron a acelerar con fuerza. Fue entonces que el ardor cambio por placer y de mi garganta salieron sonidos que no conocía.

Ambos gemiamos, pero yo más.

La punta de su pene golpeaba de forma rara en algún lado que me hacía sentir unos increíbles calambres en la entrepierna.

Todo estaba pasando tan rápido que no me detuve a pensar, en qué momento comencé a masturbarme mientras que Hakyeon se complacía con mi cuerpo.

La forma en que lo hacía, la belleza de su cuerpo, su preocupación por mi placer y el sentirme observado, fueron el complemento para terminar en su mano.

Hakyeon me siguió, lo aprisioné con las piernas para que no se saliera y me dejara dentro su semen. Pude ver sus bonitas facciones mientras se corría, me excitaba mucho.

Entonces ambos regresamos a la realidad.

Se acostó sobre mí y siguió besando mi cara.

Lo abrace, nos quedamos quietos tratando de recuperar el aliento.

—Maravilloso. Tus gemidos son como lo esperaba. Estoy contento con que lo hubieras escogido a él. ¿Lo disfrutaron también verdad? Malditos maricones.

Me levanté y me senté en la cama. N continuó acostado, ocultando el rostro en la almohada.

—¿Estamos liberados? Haz sido complacido —esperé paciente su respuesta.

—Por mi parte sí. Sólo queda que mi socio también lo esté. Le daré mi aprobación por este festín visual. Me largo, que como siga así, me sentiré mal por no poder tener una buena erección para cogerlos a los dos y tendré que hacerte pagar por tu pendejada.

Los 4 hombres se acercaron y sacaron al puerco. Me quedé expectante para saber si no era una broma y regresarían para molernos a golpes.

Pasados los 5 minutos en silencio pude asegurar que estábamos a salvo.

—¿Estás bien? —pasé mi mano por su espalda y la acaricié.

Se quitó la almohada y su rostro, mostraba el rojo de sus mejillas y las lágrimas en sus ojos.

Me alarme.

—No me mires ahora o me derretiré.

Se volvió a ocultar debajo de la almohada.

—¿De qué hablas?

Lo escuché reírse.

—Estoy apenado, contento, extasiado, emocionado y feliz. Por eso no quiero que me mires, déjame disfrutar de esta locura en mi cabeza por un momento. Grabar cada pedazo para no olvidarlo.

Me reí, pero de nervios.

—Esta bien, cuando estés listo nos vestimos y nos vamos. No quiero estar aquí más tiempo.

Mi corazón bombeo acelerado.

Sentí caliente el rostro.

HERENCIA (VIXX Fanfic Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora