Capítulo XIII

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-Mierda-. Susurré.

Subí mis manos hacia el objeto con el cuál había chocado, se sentía muy frío, y algo blando pero a la misma vez duro. Palmeé un poco más, tratando de decifrar con qué objeto había chocado. Mis dedos sintieron algo aspero pero en forma de una línea y escuché una pequeña risa, entonces supe que se trataba de Joseph. No me importó, la curiosidad era más grande que la vergüenza bajé un poco a lo que al parecer era su abdomen, lo aspero seguía, parecía un tipo de costra. ¿Qué le habría provocado eso?

Al instante sus manos tomaron las mías, alejándolas de su piel. Pasé saliba un tanto nerviosa. Creo que había propasado los límites. Me quedé quieta sin saber con exactitud qué hacer. No podía observar casi nada, todo estaba a oscuras y por una parte eso me convenía, así no vería la cara furiosa de Joseph.

-Lo siento-. Solté. No sabía que decir, y ya llevabamos un buen tiempo en silencio. Él no dijo nada, aún sostenía mis manos, podía sentir su respiración cerca de mi rostro. Traté de retirar mis manos de su agarre, el cuál no era tan fuerte, pero en el instante que intenté hacer ello, intensificó su agarre. -Joseph ...-. Susurré. -Ya bast..

-Dime con quiénes has estado, sé que uno de ellos ha sido Austin, pero el otro no sé quién rayos habrá sido, y necesito saberlo. Esto me está volviendo loco, Annie-. Me tomó por sorpresa sus palabras. ¿Cómo sabía el nombre de Austin? Debí suponerlo, era un maldito controlador.

-Ahm ... primero que nada ¿Cómo es que sabes el nombre de mi amigo?-. Él dejó por fin mis manos libres y la luz se encendió. Pude darme cuenta que me hallaba entre la pared y Joseph.

-Esa no fue la pregunta que te hize-. Dijo en un tono de voz bajo, y puso sus brazos a mi alrededor acorralándome de esa forma. Lo bueno de eso, era que su cara no estaba tan cerca de la mía.

-Con su hermano.

-¿Qué? ¿El idiota tenía un hermano?

-Sí.

-Es raro. La visión solo mostraba que irías con Austin a comer un helado. ¿Cómo diste con su hermano?-. Bostezé y luego ladeé la cabeza, ya estaba aburrida del tema.

-Oye, "inteligente"-. Dije en un tono burlón y él elevó una de sus cejas mirándome con una chispa de diversión en sus ojos-. El destino no siempre está predestinado, cualquier factor puede cambiar las cosas-. Él se quedó observándome como si hubiese dicho una locura. Lo ignoré, y como él seguía sin decir alguna palabra, decidí continuar hablando. -Y ... lo conocí porqueee cuando Austin estaba frente a mi casa, no podía recordarlo. Luego lo reconocí y los recuerdos de esa edad invadieron mi mente. Al parecer, gracias a ello, sentí un dolor horrible de cabeza. Me desmayé, me llevó a su casa, y ahí conocí a su hermano. Fin de la historia. Ahora, retirate de mi cuarto, de una buena vez.

-¿Te desmayaste?-. Cuestionó haciendo caso omiso a mi petición. Rodé los ojos un tanto cansada.

-Sí. Pero nada peligroso, ahí estaba Austin y me ayudó-. Él frunció su ceño.

-¿Cómo se llama su hermano?

-Alexander. Ahora sí, ¿ya te puedes ir?-. Él sonrió de lado y asintió mientras ponía sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

¡Por fin! Pensé.

-Já. Bien que te gusta tenerme cerca-. Me guiñó el ojo con una sonrisa coqueta

-Ya lárgate Joseph-. Me cruzé de brazos mientras veía cómo se ponía la camisa.

-Bien-. Terminó de abotonar su camisa, se acomodó la parte del cuello, su mirada nuevamente cayó en mí. -Mañana te veo, Annie.

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