Incondicional.

1. Novedad

Otro día más. Otro día igual en este maldito lugar. Supongo que es lo que tiene vivir en un pueblo pequeño en el que todo el mundo se conoce. Las misma caras, esas que llevas viendo 17 años de tu vida. Porque si, eso es lo que llevo viviendo en este pequeño pueblo de Londres.

Vivo en Castle Combe, un pequeño pueblo en el que apenas viven 350 personas. Es bonito, claro, pero supongo que ver siempre lo mismo acaba cansando un poco. A mis padres les encanta este sitio, y yo, pues es mi hogar. Aquí tengo a todo el mundo, mis amigos, mi familia. No puedo quejarme.

Cuando me bajo del Jeep veo a mis amigos a lo lejos. Ellos son Tyler y Caleb. Se podría decir que somos los "populares" de aquí, aunque no es algo que me agrade. Sirve para atraer chicas, pero no es algo que llene completamente. Está bien para pasar el rato, supongo.

— Hey.

— ¿Qué hay, Hero? — dice Tyler mientras expulsa el humo de su cigarro.

— Ya sabes, lo mismo de siempre. ¿Y vosotros?

— Pues.. ayer mi madre me dijo que hay una chica nueva, así que esperando a ver — contesta Caleb. Su madre es de esas mujeres que se enteran de todo.

Tyler y yo nos miramos.

— ¿Cómo mierda se entera tu madre siempre de todo antes que los demás? Además, estamos a martes, ayer no vi a nadie nuevo — dice Ty.

— Ayer se lo dijo la vecina, por lo visto se vino a casa de los Bolton. Es la sobrina, o algo así. Y ayer supongo que solo vino a por el horario, yo tampoco la vi — responde encogiéndose de hombros.

— ¿Será bonita? — dice Tyler.

Ruedo los ojos.

— Siempre estáis pensando en lo mismo.

Ambos ríen.

— ¿Qué más quieres? Somos hombres, hermano. Y todo lo nuevo llama — contesta un despreocupado Caleb.

— ¡Hero! — gritan por detrás.

No. Ahora no.

Veo a Tyler y Caleb que intenta aguantar la risa al verme la cara que pongo.

— Qué hay, Ashley — digo en tono cansado.

Frunce el ceño, y hace un puchero. Se cree que se ve tierna, pero no. Parece bizca.

— ¿No me extrañaste, bebé?

— No me llames así, además te vi ayer. Vamos al mismo instituto, Ash.

Ella quita el puchero y pasa una mano por mi pecho.

— Sabes a lo que me refiero.. lo pasamos bien esa vez, ¿por qué no repetirlo?

Sí, cometí el error de caer un día, y ahora no puedo quitármela de encima. No me gusta como es, el trato que le da a la gente porque se cree superior al ser de las adineradas del pueblo. No me lo tengáis en cuenta, estaba borracho, de fiesta y no medía lo que hacía. Ni una más.

— Sabes que eso fue un error, no se volverá a repetir — digo con calma, esperando que no monte un berrinche.

Tengo suerte, porque solo resopla enfadada y se va.

— Hoy has tenido suerte. Recuerda cómo se puso la ultima vez.. — dice Caleb, riendo.

Le miro mal.

Si me acuerdo. A eso me refiero con berrinche, me chilló en mitad del pasillo que era un perro y que no sabía lo que me perdía. Al menos la gente ya la conoce y sabe cómo es.

— Ahí viene — escucho a Tyler mientras señala con la cabeza hacia delante.

Me giro para mirar y veo a una chica bajar de un coche negro. Tiene el pelo a la altura de los hombros, de un color extraño, violeta, pero le queda bien. Apenas levanta la mirada del suelo, así que no puedo ver nada más de su rostro.

— Parece que está buena — susurra Caleb.

Y tiene razón. Lleva unos vaqueros ceñidos rotos por las rodillas con un jersey negro y unas converse. Pero sigue sin levantar la mirada.

Se despide del conductor y va dirección a la escuela. 

Al pasar a nuestro lado levanta la mirada y juro que tiene los ojos más verdes que he visto en la vida, más que yo.

Clava la mirada en mí, y la baja rápidamente. La tenía triste, sin un ápice de brillo en ella.

Mierda, sí que es bonita.

— Vale, sí es bonita — murmura Ty.

Le miro y asiento.

— Parece tímida — dice Caleb.

— Es normal, es nueva en un sitio donde se conoce todo el mundo. Tiene que ser raro — digo.

— ¡Pues habrá que presentarse! — oigo decir a Caleb mientras miro a las puertas por donde ha desaparecido.

Sí, habrá que hacerlo.

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