12. No importa

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BEATRICE.

— No le hagas caso, son unos idiotas. Theo Anderson se caracteriza por ello en este instituto, todo el mundo lo sabe — escucho que dice Johanna a mi lado.

Después de esa agradable conversación que escuché —nótese el sarcasmo— me fui y me senté en una de las mesas que hay en el césped del patio.

— Ese tal Theo me da igual, Jo.. — digo suspirando —. Es de Hero de quien me sorprende. ¿Por qué? Después de lo de Mario me cuesta confiar en los chicos, pero con él fue fácil.

— Cariño, todos los hombres son idiotas. Da igual cómo se llamen o de dónde vengan.

— Sí, lo sé — le respondo —. Pero él.. De verdad pensé que quizá podíamos llegar a llevarnos bien. En la fiesta, me salvó de acabar borracha perdida, vomitando en la alfombrilla del coche de Brenda. Y me consoló cuando le conté parte de mis desgracias. ¿Qué clase de chico hace eso?

Ella se queda callada un segundo.

— Vale, tienes razón. Pero.. ¿por qué lo dijo? — pregunta al cabo de un rato.

— Pues porque es cierto, Jo. Soy un ratón de biblioteca, no me avergüenzo de ello, me gusta como soy — le digo, mientras suelto una pequeña sonrisa —. Y es obvio que alguien como él no se va a fijar en mí. Además de que no quiero que lo haga.

— ¿Por qué no?

— Oh, por el amor de Dios, Johanna — resoplo—. Soy una descuidada. Apenas me arreglo, no me importa mi aspecto y.. ¿maquillaje? No lo uso a no ser que sea necesario o vaya a salir. Ando con las gafas a todos lados, porque me da pereza ponerme las lentillas. Soy un maldito desastre — explico —. Para Hero, pega alguien como Ashley.

Hace una arcada fingida y yo suelto una risotada.

Soy plenamente consciente de que a Johanna no le agrada Ashley, y no puedo decir que a mí sí. Desde que llegué, me ha estado molestando y sé que es porque quiere hacerse notar y que sepa quien manda aquí. Es ridículo, se piensa que está en una de esas películas americanas en las que importa qué tan popular seas y te nombren Reina del baile. También soy consciente, de que Hero y ella tienen algo, solo hay que fijarse en cómo se tratan. Pero me da igual. No lo pienso.

Oh, sí, sigue diciéndolo a ver si lo crees.

— ¿Ashley? Por Dios, ni el mismísimo Satanás merece tener a esa chica de pareja — me dice con una mueca de horror en la cara —. Pero me refería a por qué no quieres que lo haga — concluye con una sonrisa ladeada.

En ese momento el calor sube a mi rostro, porque me he centrado más en pensar en si le puedo gustar o no.

— Pues porque ahora mismo, no me interesa ese aspecto.. hace unas semanas perdí a las personas más importantes de mi vida. ¿Qué si me interesó en él, y me rompe el corazón? ¿O si me hubiese hecho ilusiones y luego escucho lo de hoy? — la miro y veo tristeza en sus ojos. Odio eso —. Solo quería hacer amigos, algo que no logro mucho y pensé que aquí sería diferente.

— Oye, estamos Brenda y yo.

— Lo se, y doy las gracias por ello. Hacéis esto más fácil — sonrío a la vez que estiro la mano y tomo la suya.

Johanna ha sido un apoyo todo este tiempo. No pensé llevarme tan bien con ella, porque apenas nos conocíamos cuando llegué aquí, pero somos muy parecidas y se puede hablar de cualquier cosa con ella. Se encarga de hacer que esté distraída, y viene a verme seguidamente a mi cuarto.

Mi tía Erika también es un amor, me cuida como si fuese una hija más para ella. Sé que lleno un poco el hueco que deja James el tiempo que él está en la universidad. Y a mí me agrada tener ese amor maternal que perdí hace unas semanas, pero no dejo de extrañar a mi madre.

Mi tío.. es otro tema. Es tan frío como un témpano de hielo, y no logro entender el motivo. Hablamos lo justo y necesario, y ya no viene por mí al colegio porque nos vamos en el coche de Johanna o Brenda. No me preocupa, como ya dije, no tenía relación con ellos hasta ahora, y no puedo echar de menos algo que nunca tuve. Simplemente, no lo entiendo.

Entre nosotras se ha acomodado un silencio cómodo y decido dejar la conversación.

Cojo mi mochila del suelo, y saco los cascos junto con mi móvil y mi paquete de Camel. Una vez con mi cigarro encendido entre los labios, busco Drown de Bring Me The Horizon y me coloco un auricular en mi oreja derecha. Mi prima ha cogido su móvil y veo como teclea a toda velocidad en él.

— Por cierto, ¿dónde está Brenda? — pregunto.

— Enferma, algo le cayó mal el fin de semana — me responde —. O quizá sigue con resaca, esa tipa bebe como un tabernero.

Suelto una gran carcajada después de expulsar el humo.

Seguimos con nuestro silencio cómodo, y yo solo me concentro en mi música y en fumar tranquila.

No puedo evitar acordarme de papá, y como odiaba que pusiera este tipo de música en el altavoz del salón. Decía que solamente gritaban, y que parecía música de poseídos, pero sé que amaba que su niña no se rigiera por lo que todo el mundo escuchaba y eligiera ser variada. Terminó comprándome los CD e incluso camisetas de la banda. Y sé, que me hubiese acompañado al concierto que hicieron hace unos días si todavía siguiese conmigo.

Sonrío tristemente, doy una calada, expulso el humo y miro al cielo.

No sé si estaréis ahí, pero de verdad que os echo de menos.

Cierro los ojos y suspiro.

— Tris, ¿podemos hablar?

Giro mi torso hacia el lado izquierdo y veo a Hero con la vista en el suelo y una mano en su nuca.

— Ahora no me apetece, Hero — respondo.

— Vamos, déjame explicarte. Todo tiene..

— No importa, de verdad — digo —. Todo está bien, no me importa el motivo. Fuiste amable conmigo, y te lo agradezco. No tenemos que ser amigos si no lo deseas — termino de decirlo, y cojo la mochila mientras dejo el cigarro en mis labios para dar la última calada y pisarlo en el suelo.

En el momento en el que doy un paso, unos dedos ásperos y tibios se envuelven al rededor de mi muñeca.

— Por favor, tiene una explicación — dice, y puedo ver en sus ojos la sinceridad.

No seas débil.

Joder — digo en español. Veo como frunce el ceño al no entender bien lo que digo —. De verdad que no importa, Hero. No estoy enfadada.

— Pero.. — la campana que anuncia la vuelta a clases le interrumpe y yo doy las gracias porque no quiero seguir con esto.

— Nos vemos, héroe — le digo y salgo corriendo de allí.

Escucho pasos detrás de mí, y al girarme veo que es Johanna.

— El tipo parecía arrepentido, le voy a conceder eso — me dice.

— No importa, si todo lo que he dicho es cierto — le digo mientras caminamos de vuelta a las clases —. No estoy enfadada, Jo. Nunca he pensado que había nada entre nosotros, y no somos cercanos. Además, que solo llevamos conociéndonos unos días.. ¿por qué iba a dolerme?

Mi prima me mira, pero no dice nada más.

Suspiro y sigo mi camino, me quedan unas horas y solo quiero llegar y ponerme a leer.

Por favor, que el día pase rápido.

Incondicional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora