BEATRICE.
El viaje en coche ha sido bastante ameno gracias a que Hero me ha dejado poner mi música y no me ha presionado para hablar del tema que caracteriza el día de hoy.
No puedo creer todo lo que está haciendo por mí para que este día sea más llevadero. Y de verdad lo está logrando, porque aunque no pensar en mi familia es inevitable, no puedo evitar sonreír como una estúpida cuando le miro. He estado con chicos antes, estuvo Mario, y aunque no salió bien con él, de verdad le quise. Pero con Hero todo es diferente. Más bonito, lento pero intenso. Aunque las dudas siguen ahí porque no quiero que me pase lo mismo otra vez.
—Llegamos nena —su voz me saca de mis pensamientos.
Mis ojos se abren como platos. Todo lo que estoy viendo ahora mismo solo lo había visto en las películas y, joder, no le hace justicia. Es todo precioso, con el cielo nublado contrastando con los edificios y casas. Pierdo todo de vista cuando Hero se mete en un parking.
—Aparcaremos aquí y lo haremos todo a pie. ¿Te parece bien?
Asiento y dibujo una sonrisa en mi cara. Acerco mi mano a la puerta pero Hero me detiene antes de que salga. Cuando giro mi cabeza, siento sus labios impactar contra los míos y se mueven suavemente al compás. Su mano izquierda se coloca en mi nuca y la derecha acaricia suavemente mi mejilla. No puedo evitar que un gemido se escape de mi garganta y cuando siento que me quedo sin aire, me separo de él.
—Llevaba todo el camino queriendo hacer esto —dice.
Levanto mi mano y la coloco en su mejilla. Me encanta sentir la aspereza de su barba incipiente en la punta de mis dedos. Y mirarle a los ojos, sentir la intensidad con la que me mira, olvidarme de todo.
—Hazlo cada vez que quieras —susurro contra sus labios antes de volver a besarle.
Esta vez, es él quien gime al sentir el contacto de mi boca contra la suya. Cuando nos separamos, apoya su frente en la mía y suelta un suspiro.
—Quiero que seas mi novia —dice —. Sé que no es el mejor día para pedírtelo, pero cada segundo que paso contigo tengo más ganas de ti. Nunca he sentido esto por nadie —traga saliva ruidosamente —. Necesito saber que te pasa lo mismo que a mí.
Deslizo la mano que tengo en su mejilla por el cuello y llego hasta el collar. Lo saco por fuera de la camiseta y le miro.
—Te di esto para que supieras lo que significas para mí —levanto el collar hasta que se lo pongo delante de los ojos —. No puedo empezar con el mejor chico que conozco, el mismo día que murieron mis padres —mi voz tiembla con esas últimas palabras.
Su mirada se suaviza y me envuelve entre sus brazos para llevarme a su regazo. Trago saliva, no quiero llorar todavía. El día es muy largo y sé que llegará el momento, pero aún no.
—Soy tuya, Hero. No quiero a nadie más, pero necesito que seas paciente porque no soy como las demás. Yo.. —su dedo índice se posa en mis labios.
—Por eso me gustas. Porque eres diferente a las demás, y eso fue lo que hizo que me fijase en ti —su mano acaricia mi pelo, y juro que casi ronroneo como un jodido gato —. ¿Crees que si eso me importara, te hubiera traído hoy aquí? Me importa, pero porque quiero hacerte sonreír cada día. Y si tienes recaídas, pensamientos negativos o bajones como te pasó con tu abuela —mis ojos se aprietan fuerte al recordar esos momentos —, yo estaré ahí para impedirlo. Porque ya no puedo vivir sin ti.
El silencio se instala en el coche y solo se oyen nuestras respiraciones. Sigo teniendo los ojos cerrados, la cabeza apoyada en su pecho y su camiseta arrugada en mis puños. Mi corazón late desbocado por las palabras que acaba de escuchar, y las que yo tengo en la punta de la lengua me da miedo pronunciarlas. Es el chico más maravilloso que he conocido nunca. Y le quiero. Quiero ser su chica, su violeta.
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Incondicional.
RomansaHero Jones, un chico con una rutina, amigos de toda la vida en el mismo pueblo de siempre. Inteligente, amable, guapo. Pero está cansado de siempre lo mismo. Beatrice Bolton, ha tenido unos momentos difíciles y eso la obliga a irse a vivir con sus...