11. Cagada

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Llego a la cafetería todavía con el susto de haberle dado a Ashley algún motivo erróneo para pensar que estoy interesado en ella. No me gustaría nada, porque no podría lograr que me dejara en paz.

Recorro la gran sala de mesas redondas hasta dar con mis dos amigos a un lateral. Tienen ya sus bandejas de comida, así que yo me dirijo a a fila para coger la mía y después ir hacia ellos.

Mientras espero, alguien me pone una mano en el hombro. Al girarme, me arrepiento.

— Buena fiesta el sábado, Hero — dice mientras palmea mi hombro —. Mucha gente, y chicas interesantes.

— Gracias, Theo — respondo seco —. Por cierto, ¿cómo te enteraste?

Noto en su mirada que no le ha gustado mi pregunta, pero rápidamente se le pasa y vuelve a poner su sonrisa hipócrita.

— Oh, sabes que no hay una fiesta de la que yo no me entere — sonríe con arrogancia, y juro que quiero darle un puñetazo.

— Ya, es una lást.. digo, una suerte — suelto una sonrisa forzada, y me doy la vuelta para cortar la conversación.

En cambio él, no quiere hacerlo.

— Te vi hablando con la carne fresca.

¿Qué coño ha dicho?

Me giro de golpe, y le miro entrecerrando los ojos.

— ¿Cómo?

— Ya sabes, ese ratoncito de biblioteca tan bonito.. ¿Valeria? ¿Victoria? — pone su mano en la barbilla, mientras piensa —. Sé que empezaba por V.. en fin, como sea. Tiene bonitas curvas, quizá pueda pedirle que salga algún día conmigo.

Aprieto mis puños y mi mandíbula, pero en seguida me calmo porque no quiero que note mi interés en ella. No, porque sé que eso incentivaría sus ganas de acercarse, y podría matarle.

Tiene una rivalidad conmigo desde que en segundo año de instituto, una chica, Megan, rechazó su invitación al Baile de Invierno y luego ella me lo pidió a . Sí, porque las chicas también invitan a los chicos. Cuando me vio aparecer con ella en el baile, pensaba que iba a sacar humo por su nariz de lo roja que se le puso la cara. En mi defensa, tengo que decir que no sabía que a Theo le gustaba Megan, y ella no me gustaba a mí, así que fue un baile amistoso y no hice nada más.

Desde entonces, siente que tiene que ser mejor que yo, o quitarme a cualquier chica que vea conmigo. Lo sé porque, al poco tiempo de mi error con Ashley, me los encontré comiéndose la boca al lado de mi taquilla. No me pudo dar más igual, pero él piensa que me pongo celoso.

Pobre iluso.

Pero admito, que si le veo rondando a Tris, algo va a estallar en mí.

— Mm.. no me acuerdo bien de su nombre — respondo intentando sonar indiferente —. Solo estaba un poco borracha y la ayudé.

— Entonces.. ¿no te gusta?

Veo cómo entrecierra los ojos.

— ¿Tris? — resoplo —, desde luego que no. Solo soy amable con ella porque es un pequeño ratón de biblioteca al que nadie se acerca.

Escucho como ríe. Se me está revolviendo el estómago por estar hablando así de ella, pero no quiero que Theo intente nada.

— Tienes razón, no tiene nada atractivo. ¿Curvas? Quien las quiere cuando hay chicas lindas con ellas. No necesito una con gafas y encima poco agraciada — dice aún sonriendo, es una sonrisa que desprende veneno —. ¿Cierto, Hero?

— Obvio, Theo — me encojo de hombros mientras río falsamente.

Entonces, al girarme se me baja toda la sangre a los pies y sé que palidezco al instante.

Oh, mierda..

Sé que me ha escuchado porque su expresión dolida me lo dice, y la enojada de su prima me lo confirma. Johanna parece que en cualquier momento va a pegarme un puñetazo, y lo hubiese hecho si Tris no la coge del brazo. Niega con la cabeza en su dirección y se gira para irse.

— ¡Tris! — grito.

Voy a salir corriendo en su dirección, pero alguien me detiene poniendo su mano en mi pecho.

— Oh no, ni se te ocurra, Jones. La has cagado como no te imaginas — dice Johanna una vez cerca de mí.

Echo la cabeza hacia atrás mientras cierro los ojos y suspiro.

— Vaya, parece que ella si estaba interesada en ti — oigo decir a Theo por detrás con burla.

— Vete a la mierda, Anderson — espeto.

Me da igual si nota que me ha afectado. Igual que yo la he cagado con Tris, dudo que Theo tenga alguna oportunidad después de decir lo que dijo. Suena egoísta, y estúpido pensar eso, pero me alivia. Encontraré la manera de hacer que me escuche y explicarme.

Me olvido de la comida y me dirijo hacia la mesa donde están Tyler y Caleb.

— ¿Qué ha pasado? Te he visto hablando con Jo — me pregunta Caleb cuando me siento.

— La he cagado.

— ¿Por qué? — escucho que pregunta Tyler.

Suspiro y me paso una mano por el pelo.

— El idiota de Theo Anderson es lo que pasa — replico —. Me ha dicho que me vio hablando con Tris en la fiesta y ya sabéis lo que hace siempre, chica que ve conmigo, chica a por la que va — les miro y veo como asienten —. Pues no quiero que sea así con ella. Entonces..

— ¿Qué? — esta vez es Caleb quien pregunta.

— He dicho estupideces de que no me gusta, que sólo es un ratón de biblioteca al que nadie se acerca — paso una mano por mi cara —. Pero, cuando Anderson ha dicho que era fea, le he dado la razón. ¿Lo peor? Que lo han escuchado Tris y Johanna.

— Oh, mierda — dicen a la vez.

Sí, oh mierda.

Eres idiota — dice Caleb.

Amigos. Dando ánimos desde tiempos inmemorables.

— Gracias — digo con una risa irónica.

— Tendrás que ir a buscarla — dice Tyler.

— No va a querer hablar conmigo, no ahora. Además, Johanna luce como si quisiera darme una paliza — hago una mueca —. Esa chica da miedo — digo mirando a Caleb.

Suelta una sonrisa como idiota y asiente.

— Lo sé, es perfecta.

Me río porque es inevitable y decido quitarle las dudas sobre el sábado.

— Por cierto, hablé con Ash.

Levanta las cejas y espera impaciente.

— ¿Y? — me pregunta ansioso.

— Hermano.. — paro.

Veo como su expresión se llena de horror, y decido cortar el silencio.

— ¡No hiciste una mierda con Ashley!

Suelto una carcajada a la vez que frunce el ceño y me da un golpe en la cabeza.

— ¡Auch! ¡Demonios, duele Caleb! — grito mientras me froto la zona afectada.

— Te jodes. Me has asustado, imbécil.

Tyler ríe a carcajadas a la vez que me da una palmada en el hombro.

— Hoy no es tu día.

Desde luego que no.

Incondicional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora