14. Trabajo

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Cuando llego a clase de historia, Tris ya está sentada en su asiento y prácticamente corro para sentarme a su lado. Ella sonríe al verme y vuelve a centrar la vista en su cuaderno de dibujo.

— Hola Tris — saludo para después besar su mejilla.

Veo como para de dibujar y sus mejillas se llenan de un rubor jodidamente adorable.

Sin decir nada más, saco mis cosas de la mochila y miro hacia el frente en el momento en el que el profesor entra en el aula. Sé que Tris me está mirando, sé que no entiende absolutamente nada, y yo no puedo evitar sonreír levemente. Ese gesto cariñoso la había sacado de balance, y eso es justo lo que quería. Mirar sus reacciones y bajar su guardia para que sea más fácil volver a tener relación con ella.

— Buenos días, muchachos — saluda el profesor Lynn —. Hoy haremos parejas para un trabajo sobre la historia de Inglaterra. ¿Quieren hacer ustedes sus parejas o las hago yo? — pregunta con aburrimiento.

Enseguida se arma un murmullo de voces en las que la gran mayoría quiere elegir su pareja, y yo no puedo evitar mirar a Tris. Es mi oportunidad.

— Bien, bien. Háganlas entonces y ahora me lo comunican — se sienta en su silla detrás del escritorio y comienza a buscar papeles.

— Mm.. ¿Quieres.. — me giro sorprendido para mirar a Tris —.. ser mi pareja?

Arqueo una ceja en su dirección y sonrío.

— De trabajo, héroe — me encanta escucharla hablar español.

No puedo evitar reírme ante el tono de voz irritado que usa. Me sorprende como cambia de estado de ánimo. Antes tímida, ahora irritada.

— Claro — respondo.

— Bien — suspira —. ¿En tu casa o en la mía?

Vuelvo a arquear una ceja en su dirección y ella abre los ojos como platos debajo de esas gafas, cuando se da cuenta de lo que ha salido de su boca.

— ¡Oh, Dios mío! ¡Eres un mentesucia! — tapa su cara con sus manos y ríe levemente.

Yo no entiendo qué diablos es lo que me ha llamado, pero sonrío porque la escucho reír y eso calienta mi pecho de una manera extraña. Llevaba tiempo sin verla ni escucharla reír, y me alegra ser el motivo por el cual lo haga.

— No sé qué diablos me has llamado, pero deberías medir tus palabras porque soy un poco mal pensado — le digo.

— Eso mismo ha sido lo que he dicho — responde riendo.

Frunzo el ceño.

— ¿Mal pensado? — pregunto.

Asiente con una sonrisa en su cara.

— Está bien, no importa. Tienes toda la razón — digo riendo —. Si quieres vamos a mi casa después de clase, y ahí lo empezamos.

— Déjame que le pregunte a mi tío, y te digo — saca su teléfono y teclea un mensaje.

En ese mismo instante, el profesor Lynn comienza a preguntar por las parejas y le informo de que Tris y yo lo haremos juntos. La clase transcurre sin más y cuando suena el timbre me giro hacia mi compañera.

— ¿Y bien? — pregunto.

Ella muerde su labio nerviosa.

— Aún no me ha contestado, y.. — duda —, no le gusta que le moleste en el trabajo. ¿Te importa si te doy una respuesta en el descanso o a la salida?

— Claro, espero tu respuesta — sonrío de lado.

— Gracias, héroe — suspira aliviada.

Incondicional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora