23. Siempre

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Los días siguieron pasando con normalidad, iba a clase, veía a Tris menos de lo que quería y aún no habíamos tenido nuestra segunda cita. Seguíamos viéndonos en los almuerzos, pasándolos juntos sentados fuera o con los demás dentro en la mesa de siempre. Sólo se atrevía a besarme cuando estábamos solos, y llevábamos tiempo sin poder hacerlo porque estaban llegando unos días lluviosos de abril y nos resguardábamos comiendo al calor de la cafetería.

Así que había llegado el momento de pedirle la segunda cita, en la cual pensaba llevarla a Londres como la prometí. Quiero ser yo quien la lleve y vea su cara iluminarse al ver el Big Ben, la Torre de Londres, el Palacio de Buckingham y subirme con ella a la noria. Tengo todo pensado para que sea perfecto y que no piense en nada más que en nosotros.

Mientras voy hacia la cafetería deseando verla, pienso en si decirla de salir hoy viernes y pasar allí la noche o solo ir el sábado. No quiero que se asuste si la pido que pase una noche conmigo, jamás la forzaría a hacer nada que no quisiera y obviamente no compartiríamos habitación. De verdad quiero ir despacio. Bueno, un poco de velocidad no me vendría mal, pero puedo esperar.

Cuando llego, busco entre la gente a mis amigos y veo que están todos menos Tris.

– ¡Hero! ¡Aquí! – grita Tyler.

Hago un gesto de asentimiento con la cabeza y me dirijo hacia nuestra mesa.

– Qué hay – digo mientras me siento entre Tyler y Caleb. Este último tiene a Johanna en el regazo, y realmente siento envidia de no poder hacer eso con Tris, todavía. Brenda está sentada justo enfrente de mí.

– Tanto entusiasmo en tu cara por vernos me abruma, hermano – ironiza Caleb.

– Déjale, no está Tris, ¿es por eso, Hero? – dice Jo.

Sonrío levemente, porque tenía que ser ella quien se diese cuenta de porqué tengo este careto. Venía contento, decidido a pedirle nuestra cita, pero no está, y si Johanna y Brenda están aquí, significa que Tris no vino.

– ¿Por qué no ha venido? – pregunto.

La cara de Johanna se ensombrece y mi corazón se acelera al pensar que ha podido pasarle algo malo a Beatrice.

– Verás.. – comienza, y quiero zarandearla para que siga rápido –. Mañana es día 20, Hero.

Parpadeo, confuso.

– ¿Y qué pasa con ese día? – pregunto.

¿He olvidado algo?

– Hace dos meses del accidente de sus padres.

La mesa se queda en silencio, y yo quiero golpearme por no haber pensado que un día de estos podría llegar en cualquier momento. Sin pensarlo mucho me levanto y cojo mi mochila del suelo. Lo hago tan rápido que Brenda se sobresalta.

– ¿Hero? ¿Qué haces? – pregunta con la mano en el pecho.

– Voy a ir a verla.

Johanna se levanta y me mira alarmada.

– Escucha, sé que te gusta y que quieres estar para ella, pero no creo que ahora mismo quiera ver a nadie – se levanta del regazo de Caleb y se pone enfrente, como si eso pudiera pararme –. Esta mañana no me ha dejado ni entrar para ver cómo estaba.

– Me da igual, no pienso dejar que esté sola en un momento como este – digo decidido.

Todos se quedan mirándome como idiotas. ¿Es que es algo raro que quiera estar con ella?

Cariño, déjale, no vas a quitarle la idea de la cabeza – Ca la coge del brazo y vuelve a sentarla sobre él.

Tyler asiente dándole la razón al latino, y añade:

Incondicional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora