7. Invitación

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Resultó que las chicas sí nos patearon el culo. Y también resultó que Tris echó más de un partido.

Punto para mí.

Aunque tampoco sirvió de mucho porque apenas cruzamos palabras. Al cabo de tres partidos, Johanna recibió una llamada de su padre y tuvieron que irse. Ese hombre me parecía muy extraño, como habló a Tris y la manera tan dócil de irse. Pero no parecía que Johanna le temiera, le habló normal y hasta pareció que bromeaba. Serán imaginaciones mías.

Después de esa noche, los días transcurrieron con normalidad. Hoy era viernes, y desde el martes que fue cuando estuvimos en casa de Caleb, casi no había visto a Tris y mucho menos hablado con ella. Se sentaba aislada, con su música y sus libros en una mesa y ni siquiera la veía en compañía de su prima. Hemos coincidido en clase de español y también compartimos la de historia, pero no volvió a sentarse a mi lado.

El día escolar por fin había acabado, y estaba fuera con los chicos hablando antes de dirigirnos hacia nuestras casas. Cogí un cigarrillo y lo encendí mientras escuchaba.

— Entonces, ¿a qué hora hoy para jugar? — preguntó Tyler.

— A las 5 está bien. Quedamos donde Hero que queda cerca de la cancha — dice Caleb.

— Por mí está bien — digo después de expulsar el humo.

Veo a Tris hacer su camino hacia la valla de entrada mientras saca una caja de Camel de su mochila. Lleva sus preciados auriculares puestos, como siempre y va con la mirada gacha. Sigue buscando algo en su mochila, y saca la lengua por la frustración de no encontrarlo.

Mierda. Tiene un maldito pendiente en la lengua.

¿Tiene todo perforado, o qué demonios?

Río levemente al ver como frunce el ceño.

— ¿Hero? — me dice alguno de los chicos.

— Un segundo muchachos.

Ya sé que buscas.

Cuando estoy detrás de ella, toco su hombro para que me mire. Al hacerlo, se sobresalta un poco y gira con la mano en el pecho.

— Mierda, me vas a matar.

Río, y le enseño el mechero a la vez que levanto una ceja y sonrío.

— ¿Necesitas esto? — le pregunto.

— Oh, Dios mío, gracias Hero — dice mientras suelta una risita —. Pensaba que moriría si no lo encontraba ya. Lo necesito.

Coge el mechero y enciende su cigarro.

— Muchas gracias — vuelve a agradecer, mirándome a los ojos y sonriéndome.

— ¿Quieres ir a una fiesta? — suelto sin pensarlo. —. Digo, tú.. Johanna y eso. En mi casa.

¿Qué? Ni siquiera acepte a hacerla el otro día.

— Ah.. verás, es que hoy no puedo. Mi tío me dijo que tengo que sacar las cosas de las cajas de una maldita vez y..

— No, sería mañana — la interrumpo.

— Es que.. — duda —. Hablaré con Johanna, ¿de acuerdo? Y.. te digo lo que sea.

— Está bien, dame tu número de teléfono al menos y así podré saber si vienes — sonrío de lado al ver cómo se sonroja por mi petición.

Le da una calada al cigarro y sus labios de fruncen mientras expulsa el humo despacio.

— De acuerdo, apunta tu número y ahora te envío un mensaje para que tengas el mío — dice mientras me entrega su móvil.

Tecleo mi número y guardo mi contacto. Se lo devuelvo y ella ríe al ver el nombre con el que lo he memorizado.

— ¿Héroe? — dice, y juro que el español nunca me ha parecido más sexy que de su boca.

— Estuve estudiando para adelantar en clase — respondo orgulloso. —. Así es mi nombre en español, ¿cierto?

— Sí sí — dice mientras ríe y le da otra calada al cigarro.

Oímos una bocina de un coche y ella se gira.

— Me tengo que ir. Gracias de nuevo, te envío un mensaje — se despide y me da un beso en la mejilla.

Oh, mierda.

— Hasta luego, Tris.

Va andando rápido hacia el coche y sube más rápido aún. El tío me da una mirada dura desde dentro, y yo no puedo evitar seguir pensando que es un hombre raro. Frío. Tris apenas levanta la mirada, solo cuando arranca y levanta la mano para despedirse de nuevo.

Sonrío y le devuelvo el gesto. Después vuelvo con los chicos que como buenos cotillas han estado mirando todo.

— Fiesta mañana — digo cuando llego.

— ¡Bien! — dicen a la vez.

— ¿Invitaste a Tris? — pregunta Caleb.

— Sí. También le dije que se lo dijera a Johanna, porque obviamente no va a venir sola con nosotros y un montón de gente que no conoce.

Caleb sonríe al escuchar el nombre de la rubia y yo le golpeo con mi hombro en el suyo.

— Quizá puedas dignarte a decirle ya que si quiere salir contigo a algún lugar — le digo.

— ¿Salir? — dice Tyler.

Me río porque no se entera nunca de nada.

— A Caleb le interesa Johanna. Yo lo descubrí el martes por la noche cuando se quedó como un bobo mirándola en la entrada de su casa mientras charlaba con ella.

— Sí, está bien. Me gusta — admite por fin.

— Bueno hermano, tendrás tu oportunidad mañana.

Nos dirigimos a nuestros coches después de despedirnos y volver a confirmar la hora de esta tarde.

Justo cuando voy a meter la llave en el contacto me suena el móvil.

Desconocido: Hey! Soy Tris. Apúntanos mañana en esa fiesta 🎉🙂

Hero: Genial. Os veo mañana entonces 😙

Sonriendo meto la llave en el contacto y arranco el coche. Ha sido un buen día.

Incondicional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora