Capítulo 22

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–Natalia's POV–

Cerré los ojos ante la pregunta de Alba, tratando de pensar que decir. Cuando los abrí, me encontré con sus ojos, mirándome expectante.

–No creo que tenga que dar muchas explicaciones –dije–. Quiero decir, eres tú quién tomó la decisión de separarnos, sin aclararme nada.

–Vale –respondió, bajando la mirada hacia sus manos, observando sus colorados nudillos.

–Julia y yo no somos nada, si es lo que te preocupa –reconocí, poniéndome algo nerviosa.

–A mi no me preocupa eso –contestó–. Estabas y estás en todo tu derecho de hacer lo que quieras. Yo te pedí tiempo para que pensaras las cosas y aclararas tus ideas y tú solo hiciste lo que parecía lo mejor para ti. Lo único que no quiero, es que sigas mintiendo.

–No, eso no es así –dije, acercándome con pasos firmes hacia ella, para justificarme de alguna manera–. Si estoy aquí es porque ya lo entendí, Alba.

–¿Qué has entendido?

–Qué te quiero a ti,  y voy hacer lo posible por solucionar todo lo que nos está pasando –pronuncié, arrodillándome ante ella–. Pero primero quiero ayudarte con esto, como amiga.

Me miró con minuciosidad, analizando mis últimas palabras.

–Solo amistad Alba –pedí–. Hasta arreglar nuestros desconsuelos.

Asintió, accediendo.

–¿Quieres hablar de lo que acaba de pasar? –pregunté, cambiando de tema y sentándome en el suelo.

Dio un suspiro audible, llevando la mirada al techo.

–Emília ha perdido el sentido común –dijo, pasando su mano por la cara.

–¿Nunca os habéis llevado bien?

Negó, volviendo a conectar nuestras miradas.

–Emília siempre ha sido una mujer poco agradable y no solo conmigo, sino que con Marina también tuvo problemas.

–¿Que tiene que ver Marina aquí? –curioseé, recordando las palabras que dijo la señora en el hospital, confundiéndome–. ¿Por qué dijo que no significaba nada el que Marina te haya dejado a Emma?

–Es una larga historia –contestó ella, volviendo a sobar sus nudillos.

Coloqué mis manos sobre las suyas, evitando que siguiera haciéndose daño. Era una manía que, al parecer, no había dejado de lado.

–Vamos a empezar por el principio, entonces –pedí–. Si quieres.

–La muerte del padre de Emma es el principio de todo.

Yo levanté las dos cejas, atónita por lo que dijo, sin esperármelo. Siempre había creído que el padre se había marchado, huyendo de su responsabilidad con Emma.

–Alba's POV–

–Alex murió antes de conocer a Emma, en la mina –empecé, cerrando los ojos y testando el dolor–. Un mal trabajo lo dejo a él y sus compañeros, allí, atrapados.

Tragué saliva, tratando de no romper en llanto al rememorar el momento, pero la sensibilidad me lo impedía. Las lágrimas, como en todo este último mes, abrazaron mis mejillas con mucha rapidez.

–No dieron con ellos hasta días después y... y... –los sollozos se hicieron intensos y se me atascaban las palabras. Tomé aire, para calmar mi agitada respiración–. Alex no figuraba como vivo en la lista, él no...

Volverte a ver - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora