MÍA

El Purgatorio y el Paraíso

-Joder. Joder. Joder-

-¿Te está dando otro ataque o algo?- Pregunto Octavia acercándose medio corriendo a Kieran que tenía casi todos los ojos negros, su pupila e iris se habían dilatado tanto por la simple excitación que casi no tena blanco de los ojos. Jamás había sentido esta descarga eléctrica que había sentido. No tena ni la más mínima idea de cómo podía haber estado tan calmada cuando había estado hablando con Kara. Simplemente no lo entendía.

-¿Lo has visto?- Pregunto Kieran con un hilo de voz notando un nudo que se había formado en su garganta y la humedad que tenía entre sus piernas que seguía creciendo. Mal día para ponerse vestido, ella quería provocarla en cierta medida. Pero no así. Ahora de lo cachona que estaba no podría dar la clase tranquila. Incluso podía notar como el deseo resbalaba por su pierna.

-Todo el mundo que estaba en la clase lo ha visto.- Dijo cogiendo por la cadera Kieran que estaba de espaldas a la clase con los brazos apoyados en la mesa y la cabeza baja. Los pelos negros caían como cortinas por los lados. –Aunque estabas muy relajada, y ahora te veo así no me cuadra.-

-A mí tampoco. ¿Me traes un café? Creo que en estos momentos lo necesito- Dijo poniéndose recta y moviendo las piernas intentando calmar la excitación.

-Creo que necesitarías más un té o un polvo rápido- Dijo mirándola de arriba abajo.

-Los cafés me relajan. Tráeme un café negro sin azúcar ni leche. Que sea largo y muy caliente... lo máximo que puedas. La cartera esta en mi bolso.-

-Voy- Octavia cogió la cartera y se fue corriendo no sin antes mirar a las tres chicas de primera fila. Kara sonrojada hasta la punta de las orejas y con las manos temblando, Alex susurrándole bastante fuerte y Raven tapándose la boca intentando apagar su risa.

Kieran intento relajarse antes de que todos los alumnos estuvieran en la sala. Podía sentir las miradas de todos ellos en su espalda, ya que muchos habrían visto el espectáculo medio porno gratuito que acababan de dar. Si fuera con otra persona no le importaría habérsela tirado allí mismo ante la atenta mirada de los estudiantes pero era Kara. Y si era físico pero también involucraba un sentimiento extraño que se hacía más grande día a día. No sabía que era pero con estar a su lado parecía que ese dolor se amortiguaba de alguna forma.

Mire el reloj y hacia dos minutos que se suponía que la clase había empezado así que me di la vuelta y solo pude enfocar esos orbes azules que me miraban. Sus mejillas estaban rojas como el fuego y sus manos apretadas entre ellas. Simplemente le sonreí y la desvié al centro de la sala donde aparecía Octavia con dos cafés en la mano me dio uno y se sentó en la silla no sin antes dejar la cartera en mi bolso.

Le di un sorbo y quede asqueada, mire el interior. Café con leche y azúcar. Más bien leche azúcar y una gota de café. Me gire a Octavia que en esos instantes estaba dando un sorbo del suyo abriendo los ojos de golpe y escupiendo lo poco que había llegado a entrar en su boca. Toda la clase carcajeo incluida yo.

-Toma zopenca, te has confundido.- Le di el cambiazo cuando ella seguía dándose ventadas de aire frio en la boca caliente.

El café ardiendo bajo por mi garganta eliminando el dichoso nudo y permitiendo iniciar mi clase.

-Como dije ayer hoy seguiremos con La Divina Comedia de Dante. Hoy haremos la parte de El Purgatorio y El Paraíso.- Las miradas de todos mis alumnos incluida Raven, Kara y su hermana bajaron de mi cara a mis pechos. Maldito momento que no me puse sujetador por la mañana.

Flashback

-¿Que te vas a poner?- Pregunto Octavia desde su habitación.

-Me apetece algo rojo como la sangre.-