18- Tobita Shinchi

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Osaka, Japón.


Sicheng abre los ojos perezosamente cuando intenta mover sus piernas y no lo logra.

La habitación esta escasamente iluminada por la suave luz de las lámparas y no puede deducir cuanto tiempo ha estado durmiendo allí... con la cabeza del japonés en su regazo.

No quiere lidiar con una conversación después de lo que hablaron, tampoco quiere saludarlo o preguntar si se encuentra bien. No debería importarle. Él entró a esa habitación sin importarle aquello. Contrariado por la frustración y la molestia que le llena, pone todo su esfuerzo para separarse del japonés sin que despierte. Trata de no mirar su adormilado rostro y de no tocar su cabello o la piel de su cuello en el intento.

Falla en la tres tareas y maldice en su interior.

Cuando logra dejarlo nuevamente sobre el acolchado material, nota como su respiración está agitada y la presión en sus sienes es más fuerte.

Sin más, sale de la habitación, haciendo otro esfuerzo para no estampar la puerta al cerrarse.

Afuera ya ha caído la noche y Sicheng confirma que es casi la madrugada cuando saca el teléfono de sus pantalones y prende el aparato. Suspira sintiéndose abrumado por muchas cosas que en definitiva no piensa aceptar y que ya ha pateado hacia algún rincón de su mente.

Esta dispuesto a regresar a su habitación cuando el celular suena en sus manos haciendo un interminable eco en el desolado pasillo. Mira la pantalla y gira los ojos cuando aparece el indicativo de China en ella.

—¿Qué quieres? —contesta cansado.

—Llevó llamándote todo el día, imbécil —Yukhei responde con un gruñido.

—Estaba apagado ¿Qué quieres?

—Dile a Nakamoto que tenemos que hablar.

—¿De qué?

—¿De que? —repite incrédulo. —YuQi y Chenle no t-

—Mándalos a casa —interrumpe el mayor.

—Claro que no. Los tres se regresan y si ellos quieren que la alianza continúe lo haremos ahora a mi manera.

Sicheng resopla. —Ya tengo cosas que hacer acá.

—¿Sí? ¿Cómo cuales? —Yukhei bufa.

Buena pregunta.

—Mañana hablare con Jurina de eso... hoy no pude —miente con lo primero que llega a su cabeza porque no quiere pensar en nada.

—YuQi y Chenle dijeron que estabas literalmente mirando el techo. Te necesitó acá si allá no estas haciendo nada. A la mierda la alianza si Nakamoto cree que te seguirá teniendo de rehén hasta que le plazca —ninguno de los dice nada. Sicheng por su lado quiere cerrar los ojos, dejar de escuchar a su hermano y olvidarse de todo por un momento. —¿Por qué cambiaste de decisión?

—Te dije que soy más útil acá —explica tratando de convencer a su hermano, cuando realmente se esta tratando de convencer así mismo. —Kris no se quedará quieto. Aprovechará el desorden que ha dejado acá y entrara por donde quiera.

—No mientas, Sicheng —Yukhei murmura sin convencerse en absoluto.

—No lo estoy hacien-

—Si estas mintiendo Sicheng yo... —su tono de advertencia muere segundos después y Sicheng oye una segunda voz detrás de la línea. Al momento, escucha suspirar a su hermano y es evidente cómo el enojo ha desaparecido de él. —Jungwoo te manda saludos, dice que te cuides.

ENDGAME [YUWIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora