24. Sin Control

8.8K 543 1K
                                    


Hong Kong, China.




Yukhei toma la foto por tercera vez en los últimos quince minutos como si mágicamente fuera a aparecer la respuesta escrita encima de ella.

Pasa su indice por encima, tratando de evitar los rostros de sus padres y en cambio concentrándose en los que están tachados.

La mujer no parece ser muy joven. Su porte es rezagado, usa ropas largas y un tanto tradicionales. Yukhei puede deducir que ya ha entrado en sus cuarentas. El hombre, en cambio está con las manos cruzadas en su espalda y un paso detrás de ella vistiendo un traje negro. Quizá demasiado formal para usar bajo el sol que parece hacer ese día.

Suspira y tira la foto sobre su escritorio

¿Igual que podría encontrar con esas características? Absolutamente nada.

—No iremos —anuncia rompiendo el silencio en la habitación. Da una rápida mirada a su pareja y Jungwoo sigue mirando el ventanal, tocando ansiosamente las mangas de su camisa sin saber cómo poder ayudar, como lo ha hecho desde que regresó a su oficina. Kun tiene la cabeza gacha y Sicheng es el único que la levanta para darle una de esas miradas retadoras que Yukhei tanto odia.

—No hablas en serio.

—No irás. Eso es exactamente lo que él quiere, incluso...—duda recordando las fotos, las preguntas que se ha hecho y los posibles escenarios. Sacude la cabeza y niega firmemente. —Incluso toda esta mierda puede ser falsa y no arriesgaré todo por nada.

—¿Nada? —Sicheng se levanta del sofá, los puños a sus costados apretándose cada vez más. —Kris pudo estar detrás de la muerte de ellos y... ¿Te parece nada?

Yukhei vuelve a negar con la cabeza.

—No tiene sentido, Sicheng. Él ni siquiera había llegado al poder.

Al instante algo descabellado llegó a su mente. —¿Y si Shaofeng se alió con él?

Las tres personas giraron a mirar al mayor como si le hubiese crecido otra cabeza. Era imposible, Sicheng lo sabia, pero las posibilidades se le acababan y no sabía que otra explicación darle a esto.

Yukhei respiro profundo.

—Odiaba a nuestro padre porque iba a cedernos su lugar sabiendo que no eramos los primeros en la línea. Shaofeng pudo ser capaz de todo, menos de eso y lo sabes. EXO-M lo hubiese ejecutado por traición al momento que llegara a tocar su casa ofreciéndoles algo.

Sicheng guarda silencio y aunque no lo quisiera, le da la razón. Habían códigos entre las mafias que no se podían romper. Tradiciones y costumbres que hace cinco o seis generaciones atrás habían estipulado y se consideraban sagradas para conservar el honor y el respeto de cada territorio. Su tío simplemente quería reclamar lo suyo, había sido una cuestión de familia. No una compra y venta de poder, de eso estaban seguros.

Pero a pesar de que se siente mucho más confundido y perdido, no da su brazo a torcer.

Kris lo había retado y él no se iba a esconder. No le daría el gusto. Lo iba a encarar y estando al frente suyo le iba a preguntar qué quería de él y por qué tenía esa información, por qué hasta ahora la conseguía.

—Sicheng... —Yukhei intenta, sabiendo muy bien que está pasando por la mente de su hermano.

—No —interrumpe dando un paso al frente. —Sabe algo, cualquier cosa que sea, la sabe y si quiere jugar conmigo, también lo haré con él.

ENDGAME [YUWIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora