26. Confianza

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Recomendamos regresar al capitulo 25. Dos pasos atrás para tener un contexto y refrescar los conocimientos xd ¡Disfruten!





Osaka, Japón.



Sicheng no dice absolutamente nada.

No cuando Yuta empezó a apuntar a todas y cada una de las personas que aún quedaban atrapadas en el caos del casino, gritando y disparando hacia los cristales y los enormes candelabros. Vio como le volaba le cabeza a dos colaboradores del difunto Lin y no va a mentir, pero ambas veces tuvo que mirar hacia otro lado y pasar saliva. Por alguna razón tenía el estómago revuelto y ver agujeros en más cráneos no era lo mejor en ese momento.


Poco entendía de las órdenes que daba el japonés en su idioma, pero en un momento cuando ya había liberado a la gente y su ejército de lacayos se llevaban las cosas de gran valor, le hizo un ademán con la cabeza anunciando que hora de irse, y hablando entre dientes dijo:

—Voy a quemar este lugar.

Sicheng estaba seguro que en la primera página del diario local, estaría las cenizas de lo que fue ese lugar.


Poco antes de subir a la camioneta, empezó a maldecir y a apuntar a cualquiera que lo contradecía, incluso a Yuto quien le sugirió regresar con la formación con la que habían llegado por su seguridad. Yuta había torcido la cabeza como si hablara otro idioma y apuntándole totalmente ido le informó que se iría como él lo quisiera. Y eso significaba Sicheng, Yuta, Yuto de copiloto y uno de los hombres de Nako conduciendo.

Sicheng en secreto y asegurándose que el japonés no viese, había girado los ojos mientras se adentraba al auto.


Ahora iban camino a la mansión, Yuta sigue con la mirada perdida y con el arma fuertemente empuñada en sus manos. El camino parece eterno, el tráfico no colabora y el incesante sube y baja de su pierna izquierda no le deja pensar bien. Sabía y daba por hecho que el subidón de energía de Yuta en el casino solo había sido los vientos que avecinaban la tormenta.

Él y todas las personas bajo ese techo lo sabían

Lo comprueba en el momento que la camioneta pasa el enorme antejardin y las fuentes para estacionarse en la entrada. Una fila de hombres y mujeres tienen la cabeza gacha esperando para atenderlo y no cabrearlo más, seguramente ya habían escuchado el rumor de la infiltración.

O más bien de la mafia china infiltrándose en sus servidores y robándoles como si fueran unos malditos principiantes.




A penas Yuta atesta la puerta contra la pared contigua, las personas que aún no estaban de pie terminan de hacerlo junto a sus sillas con la mirada clavada en el suelo. Sicheng se detiene junto al marco de la puerta e ignora las miradas curiosas que se dirigen hacia él. No ha estado muchas veces allí, recuerda las filas de puestos informáticos, el panel de cámaras y el estridente sonido de ubicaciones y dedos tecleando cientas de letras por minuto. También los cuatro enormes monitores al fondo de la habitación, que está vez muestra dos sin señal y un ruido de intermitencia llenando el lugar.

Momo está en el centro de la habitación con la espalda recta y las manos detrás de su espalda. Su flequillo cae perfecto sobre su frente y cada tanto lo peina con una leve sacudida de cabeza.Yuto llega a su lado con unas hojas y los hombros rectos. Sicheng siente el peso de su energía y ve cómo sin mirar atrás Yuta extiende su mano y el más alto automáticamente las coloca en sus manos.

ENDGAME [YUWIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora