Prólogo

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Hong Kong, China.



La habitación era un desastre.

La tensión, la rabia y la ansiedad eran palpables en el ambiente.

En una de las esquinas, Kun tecleaba cosas y movía cientos de botones del sistema de búsqueda para poder captar la señal del localizador de Jungwoo. Sus dedos temblando en torpes movimientos porque ya había pasado una hora y la señal no emitía respuesta alguna.

En otra esquina, Yukhei, el hermano de Sicheng, daba vueltas como un león enjaulado. En su mano derecha tenia su arma y con la izquierda, la libre, se tiraba del cabello con fuerza y desespero.

Sicheng sólo estaba en su silla de brazos cruzados, parecía en calma, pero el tic en su pierna demostraba lo contrario. Todo en esa situación estaba jodido, su cuñado había desaparecido cuando se suponía que debía tomar un vuelo de vuelta a China, pero como el destino era una mierda y le encanta joder a cualquier hora, Jungwoo nunca se subió a ese avión. En cuanto Yukhei se enteró de las noticias juró que le metería una bala en el cráneo al primer tonto que se le cruzara si Jungwoo no aparecía.

 Sicheng necesitaba que Kun lograra localizar a esa pequeña mierda lo más pronto posible o tendría que encadenar a Yukhei antes de que cometiera una locura.

Un par de minutos despues, Kun soltó un fuerte suspiro, como si se le hubiese ido el aliento. Todo se iría a la mierda en contados segundos, Sicheng podía sentirlo. Yukhei corrió del extremo donde estaba hasta donde un pálido Kun anunciaba que habían encontrado a Jungwoo. Sicheng se levantó de un salto. Los tres mirando la pantalla no podían creer lo que el punto rojo de la pantalla señalaba. No era posible que eso estuviera pasando. Era un error.

Alguien gruño a su lado, Yukhei tenía las orejas rojas, las cuencas de sus ojos mas oscuras y sus fosas expandidas como si toda la rabia condensada en espeso humo fuera a salir de allí. El agarre de su arma se hizo tan fuerte que sus nudillos se tiñeron de blanco. Sicheng regresó la vista a la pantalla viendo las líneas y la triangulación correcta de las coordenadas, no era un error. Él realmente estaba allí. 

Jungwoo terminó por alguna razón en Japón.

—Por una mierda...

—Yukhei cálmate. 

—Osaka—susurró Kun mas para él que para todos porque cada presente lo sabía y eso sólo significó una cosa.

—¡Por una jodida mierda! 

Jungwoo había entrado a tierras del clan más grande y peligroso de los Yakuza.



TRAILER: ENDGAME [YUWIN]


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