22. Cuidado

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Osaka, Japón



Un par de días de después de la visita a Tokio pasó lo que tenía que pasar.

Sicheng debía volver a China. Él lo sabía, ya no estaba como un rehén en Japón, no desde el momento en que se estableció la alianza, ni mucho menos después de la reunión en dicho lugar. Las excusas que lo mantenían con un pie dentro de la casa del japonés, se habían acabado.

Curiosamente, EXO-M, que es la mayor razón por la cual continuaba allí, había dejado de aparecer, desde la muerte de Wooseok habían literalmente desaparecido. No sabía si para ocultarse por la muerte de su infiltrado o porque estaban planeando algo más grande, que era lo que sospechaba.

Por esa razón no pudo ignorar al llamado o casi orden que Yukhei le dio exigiéndole que regresará a China de inmediato. Ya no tenía alguna excusa que los resguardar y además tampoco sabía a ciencia cierta si quería irse o quedarse.

Después de todo lo que había sucedido los últimos días, Sicheng no sabía cómo mantener sus pensamientos al margen del japonés. Las cosas que pasaron por su cabeza antes y después del viaje a Tokio aún lo tenían confundido, pero tampoco se dignaba mucho a querer pensar en ello o más bien resolverlo.

Sin embargo, decirle al japonés que Sicheng debía volver a China no fue tan fácil como creyó. Él que Yukhei no mantuviera relación directa con el japonés sino con su hermana hacia que este fuera el último en enterarse de la noticia.

El japonés los observaba como si le estuviese contando un chiste. Una risa brotó de su garganta y Sicheng no supo descifrar si era a causa de algo gracioso o era su retorcida cabeza que no aceptaba lo que acaba de escuchar. Al notar que la expresión de Jurina ni la de él habían cambiado, Yuta se detuvo inmediato.

—De ninguna puta manera —escupió con voz dura y tensa —Él no se mueve de aquí. Ya habíamos hablado de esto Jurina... N-no confío en ellos, si él no está aquí.

Jurina rueda los ojos acomodándose mejor en la silla enfrente al escritorio de Yuta.

—Ya está decido, no tiene más nada que hacer aquí, es... — se detiene observando de reojo al chino que se encuentra sin decir una palabra. —Una pérdida de tiempo para él, su hermano lo necesita allá y supongo también tiene que hacer sus cosas, escuché que tiene una beca ¿No es así? Además ya no está aquí como un rehén o como cambio de una alianza. Hay papeles firmados, Yuta. Ni a él, ni a nosotros nos conviene pasar encima de ellos.

El ceño fruncido de Yuta solo le hacía pensar que estaba procesando las últimas palabras de su hermana, en un suave movimiento gira su cabeza para conectar sus ojos con los del chino, pero no dice nada.

¿Quería irse? Tiempo atrás hubiera dicho sí sin siquiera inmutarse, ahora no entendía por qué dudaba de su respuesta, aquello le dejaba una sensación en el centro del estómago que en vez de gustarle, le enfermaba.

Despejando su mente y repitiéndose varias veces que quizás el estar lejos de la abrumadora presencia del japonés le ayudase a aclarar los sentimientos que lo tienen confundido, responde con seguridad que la hora de su viaje ya está programada, siempre mirando a la hermana del japonés, porque no quiere lidiar con la mirada que Yuta le está otorgando en ese momento.

— Bien, entonces cuando tengas todo, puedes salir —Jurina habla levantándose de la silla. —Iré preparando todo, no aguantaré un reclamo más de tu hermano preguntando cuando te tiene de vuelta.

Jurina sale de la oficina. Sicheng tiene las mismas intenciones de levantarse e irse también, no soporta esa pesadez en el aire.

El japonés se levanta al mismo tiempo y llega a él mucho antes de que Sicheng pueda levantarse de su silla. Sin embargo, no dice nada.

ENDGAME [YUWIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora