31. Cacería

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Recomendamos regresar al final del capitulo 30. Liuyedao para tener contexto y refrescar los conocimientos xd ¡Gracias por esperarnos!





Islas Ryūkyū, Japón.




Sicheng desearía con todas sus fuerzas que lo que está sintiendo en este momento solo fuese una simple resaca.

Ni siquiera ha abierto sus ojos por completo, pero la luz que entra le taladra las sienes y presiona espantoso al fondo de su cráneo. Respirar es difícil y siente un dolor incómodo que pica en sus fosas y oprime su pecho.

Una mierda.

A como empieza a recuperar el conocimiento siente una presión térmica en el ambiente que le recuerda que no está despertando en Osaka, ni mucho menos en su casa.

Esta vez no se espanta queriendo abrir un hoyo en la tierra y escapar de ese lugar. Entreabre los ojos con dificultad y con sus extremidades algo torpes y adoloridas busca un segundo cuerpo junto a él.

No tarda en encontrarlo y se relaja.

Su cuerpo se siente entumecido y bastante sensible. A su memoria llegan escenas de unas manos pasando por todos los rincones de su cuerpo. Puede ver con dificultad la ropa en el suelo y una de las bonitas piezas de encaje negro haciendo contraste con las blancas sábanas enredadas.

Suspira cansado y es que si cierra un poco sus ojos puede volver a sentir y oír a alguien luchando por no arrancar la fina tela de su pecho, la fricción de sus yemas torturándolo por encima de ella y su quebrada voz al sentirse tan sensible y tan obediente ante ese tacto.

Usa su antebrazo para bloquear la escasa luz que se filtra por las gigantes hojas de las palmeras y sonríe bastante satisfecho con el resultado de su último regalo la noche anterior.

Tenía altas expectativas, pero no contaba con la reacción del japonés.

Algo totalmente fuera de control para cuando registró lo que tenía preparado para él.

Con la poca fuerza que su cuerpo le permite usar, gira hacia el otro lado de la cama y se distrae viéndolo dormir tranquilo.

O eso cree que hace porque no pasa mucho tiempo hasta que Yuta entreabre los ojos y de inmediato entierra su rostro contra la mullida almohada.

—¿Qué haces? —el japonés se queja con voz ronca y pastosa. Probablemente empezando a sentir todo de golpe. —¿Ahora eres el raro que me ve dormir?

Sicheng ríe. Una auténtica risa que no sabe de donde proviene.

Yuta saca la cabeza de la almohada con el cabello revuelto y una línea recta en su boca. En sus ojos adormilados y delineados con un rojo cansado, abunda una tranquilidad que baja todos los muros que Sicheng intenta construir cada mañana para no caer más y más por él.

O puede que solo sea que ambos estén aún colocados.

—No quiero salir de aquí —Sicheng sacude sus anteriores pensamientos y termina confesando en un quejido perezoso contra la almohada. Está demasiado gastado para darse cuenta que ha soltado eso y con un tono en particular.

Tampoco nota la pequeña risa que Yuta deja escapar.

—Tenemos algo pendiente.

—Ya lo sé —Sicheng resopla cansado y si su cabeza no fuese a explotar, giraría los ojos. —Sigo pensando y no creo que Kris esté tras de eso. No deberías matarlos por el momento, son cargos públicos y si tu gente los ha perdido es porque alguien ha meti-

ENDGAME [YUWIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora