ENDGAME [YUWIN]

29. La única verdad

Recomendamos regresar al  final del capitulo 28. Sin barreras para tener contexto y refrescar los conocimientos xd ¡Disfruten!

Osaka, Japón.

—Desde hace mucho tiempo, deje de pensar en ti como solo sexo. Que haya empezado de esa forma, no significa que yo quiera mantenerlo así.

Yuta pasa una mano exasperada por su cabello y Sicheng cuenta pesados segundos mientras estúpidamente intenta procesar lo que acaba de escuchar.

A decir verdad no esperaba nada.

La garganta de Sicheng se cierra y siente cómo un peso frío y duro cae en el fondo de su estómago. Lo ve con el traje que esa misma mañana vistió a regañadientes queriendo volver a la cama y extender las pocas horas que habían podido descansar después de llegar de Tokio. No tiene el saco de vestir, las mangas recogidas en los antebrazos y sus manos descansando impacientes en sus caderas atento a la reacción de su confesión.

¿Era una confesión? Que más podría ser si todo su cuerpo se ve tenso y su ceño ligeramente fruncido como si no hubiese calculado el peso de las palabras que acababa dejar de caer.

Sicheng desea con todas sus fuerzas poder soltar su mirada y salir corriendo de allí porque de seguro le creerá, porque de seguro su ira y su frustración del momento previo lo hará decir cosas irracionales y el extraño picor detrás de sus ojos le traicionaría y no podía permitirlo.

¿Qué mierda le estaba sucediendo?

—Las cosas que te he regalado, no son parte de un patrón o una maldita lista de chequeo para comprar tu atención —El tono serio de su voz inquieta a Sicheng y lo abruma. 

Su mirada cae al suelo mordiendo sus mejillas. Debería decir algo, al menos callarlo, pero él quería escucharlo porque es lo que necesita en ese momento.

—Esos nombres... Sí, estuve con esas, personas —explica haciendo referencia a esa parte de la conversación con Yuto e involuntariamente su estómago se revuelve. —¿Importa que haya estado con ellos? Desde que pusiste un pie aquí no he estado con nadie más. Incluso cuando te fuiste sabiendo que no te vería en quien sabe cuanto tiempo, no estaba en mis planes buscar a alguien.

Sicheng había escuchado ese tono antes.

Un par de meses atrás cuando regresó a China por primera vez, Yuta había preguntado la verdadera razón por la que se fue. Un tono que no sonaba a reclamo, pero tampoco a algo tranquilo. Era más bien una máscara que ocultaba una inseguridad. Así sonaba su voz ahora mismo.

Y eso se siente incorrecto. Se siente realizar en su mente muchas cosas que se ha negado y que ha empujado a oscuros rincones de su cabeza.

De repente no quiere escuchar más. Sus ojos se afilan fingiendo desinterés en todo lo que acaba de escuchar y abre su boca para que salga la primera cosa que llegue a su mente: —No me importa y no necesito saber una mierda.

—Sí, necesitas saberlo —Sicheng levanta la mirada, quizá tan concentrado en escucharlo que no sintió cuántos pasos Yuta había tomado para estar más cerca de él. Ahora su voz no resonaba por toda la habitación, sino un susurro solo para él y Sicheng. —Nunca tuve la necesidad de tener atenciones con ellos porque... ¿Para qué? Todo lo que tienes son cosas que se me ha ocurrido darte en el momento. Nadie tiene lo mismo que tu. Literalmente nadie, porque de hecho me he encargado de hacerlo único. Si sabe el origen de cada uno de esos regalos es porque él es la persona a quien le confío traerlos. Ha estado conmigo gran parte de mi vida, no soy estúpido para saber que yo significo otra cosa para él. Se que ha montado todo esto porque tu...