PEQUEÑO AVISO:
Nada, pues... sólo quería sugerir que escuchasen la canción que adjunté, pero al momento indicado. Es decir, cuando Harry la está escuchando. Flightless Bird. No lo sé, creo que así se apreciará mejor la esencia de la escena.
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“¿Ring de boxeo, o sala de terapias?”
Ginebra, Suiza. 2014.
Ése cabello rubio rojizo, los ojos negrísimos, los labios tan rojos como siempre. Y aquella postura siempre a la defensiva, con un suéter a rayas verdes y negras. No había cambiado ni un poco desde la última vez que lo había visto, hacía dos semanas, salvo tal vez por llevar el cabello más largo y estar un poco, sólo un poco, más alto. Claro que te recordaba, imbécil.
Esbozó una sonrisa socarrona y se encaminó hacia mí, con aire prepotente—: ¿No me esperabas, eh?
— ¡Evan! —Exclamé, soltando una carcajada. Claro que no me lo esperaba, la última persona que esperaba encontrarme en este infierno era él—. ¿Qué estás haciendo aquí?
Lo más parecido que tenía a un mejor amigo, era Evan Bostwick. Un sujeto que me había apoyado cuando me acusaron de utilizar esteroides en una pelea, contra cualquier idiota, cuyo nombre ni siquiera recordaba.
Él negó con la cabeza, rodeando mi cuello bruscamente, para alborotar mi cabello con sus puños. Ugh, cómo odiaba que hiciera eso—: ¡Al menos un ‘hola’ estaría bien, gilipollas!
En un movimiento rápido, me zafé de su agarre y le di un empujón, dejando salir unas fuertes carcajadas—: No entiendo qué haces aquí.
—Oh, pues… es que soy un filósofo nato, Harry. ¿Acaso no lo sabías?
Tienes que estar tomándome el pelo.
—Ya, hablo en serio, Evan, ¿qué haces aquí?
Cuando se disponía a responder, la silueta de mi padre le hizo sombra, haciendo que se girara a encararlo. Oh, santa mierda. Apenas supiera que era un chico del cuadrilátero, Antoine enloquecería. Y vendría con uno de esos sermones con palabras elegantes que lo caracterizan—: Eh… ¿qué hay, hombre?
Papá abrió los ojos de par en par y se inclinó hacia mí, ignorando cualquier rastro de educación que pudiese tener—: ¿Quién es él?
—Oh, él es Evan Bostwick —respondió el susodicho, con una sonrisita amable.
Los labios de Antoine formaron una línea tensa, a medida que sus rubias cejas se fruncían y volvía a hacer aquella cosa extraña con sus fosas nasales que siempre me había parecido espeluznante. Eso, a la par con su nariz aguileña, ugh, daba pesadillas.
—Tenemos que hablar, Harold.
Oh, esto sólo se pone mejor.
Miré a Evan por un segundo, quien se encogió de hombros despreocupado como era, y giré sobre mis talones, para comenzar a caminar junto a mi padre.
El húmedo pasto verde bajo mis zapatos sonaba a cada paso que daba, y el sonido de las hojas golpeándose unas contra otras era jodidamente relajante. Pero, con Antoine a mi lado, no podía relajarme. Éste hombre nunca me hablaba para darme buenas noticias. Él sólo sermonea y sermonea.
—Me han informado de que tuviste un… accidente... en el vestíbulo…—murmuró, enfocando su vista en el césped.
En eso sí que éramos parecidos. A ninguno de los dos le gustaba mirar fijamente a alguien, a menos de que se tratase de una pelea. Sentía que todos mis sentimientos se reflejaban a través mis ojos, y no podía permitir que la gente viera lo transparente que era.
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Campamento Rousseau [Larry Stylinson].
Fanfiction×Todos los derechos de autor reservados×. Cuando se ve a punto de ser enviada a un exótico Campamento todo un año, la hija de una misteriosa pareja de hombres está llena de dudas. Sabe que es adoptada, sabe que su madre biológica murió al dar a luz...