Campamento Rousseau [Larry Stylinson].

Capítulo Dieciséis: Pt. Dos.

Soundtrack: Destroya — My Chemical Romance. || Someone Like You — Adele. 

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Capítulo Dieciséis.

Parte Dos.

Antoine se aclaró la voz, para atraer la atención hacia él y desviarla de la puerta que recién acababa de cerrarse. No consentía la insolencia de su hijo, sin embargo, no estaba dispuesto a humillarle frente a sus amigos, porque no terminaría siendo mejor que él. Tendrían una buena charla al respecto, y ahora, intentaría disculparse de manera general, desviando el tema.

—Entonces… ¿Lola, es tu nombre? —preguntó, esbozando una sonrisa educada.

La muchacha, que aún seguía perpleja por las palabras de Harry, asintió lentamente—: Viola Hartwell, señor.

—Viola… Es un nombre precioso. —acotó Grace, dejándose sorber un poco de vino.

—Más bien, suena como fiola. —murmuró la morena por lo bajo. La familia alcanzó a escucharle y rieron pausada, forzada y elegantemente. Cada que reían de esa manera, le hacían preguntarse si es que así se comportaban frente a extranjeros, o sólo estaban burlándose de ella.

— ¿Te interesa la química, Lola? —interrogó Alondra, que había decidido interactuar un poco más con la otra muchacha.

—Bueno, me gustaba como asignatura, cuando estaba en el instituto. Pero no me dedicaría a ello.

—Oh, yo la odiaba. —Gruñó Zachary, girando los ojos—. ¿Con cuánto reprobaste química, Alex?

—Muy gracioso, idiota. —Refunfuñó, para alzar el mentón con coraje—. La aprobé con un promedio de 9.5

—Yo la pasé con 10, ja. —se burló Harry. Antoine le dedicó una mirada tensa, y sin poder resistir las ganas de reprenderle, e incluso, golpearle, sólo respiró profundamente.

—Harold, retírate a tu habitación, por favor. —se limitó a decir. Y antes de que su hijo pudiese refutar, miró a su esposa, buscando soporte.

—Debes disculparte con Louis adecuadamente, hijo. —dijo la rubia mujer, enarcando las cejas. Harry gruñó, azotando la servilleta contra la mesa, para salir a regañadientes.

— ¡Ya oíste, Harold! ¡Adecuadamente! —le gritó Alexia antes de que dejara totalmente el lugar.

Y tras hallarse con las preguntas nerviosas de Antoine acerca del exaltamiento de su hija, las reprensiones de su madre, las burlas de su hermano y los regaños de la prometida, Lola pensó que se hallaba en peligro de comenzar a entender la rebeldía de Harold y Alexandria.

—Louis. —dijo Harry, abriendo la puerta lentamente. Había estado pensando en una buena disculpa, pero en el segundo que se halló en el momento, todo se había borrado de su mente, y comenzaría a improvisar—. Hm… lo… siento.

Pero le hablaba a la nada. La habitación estaba exactamente como le había dejado. La cama de Louis deshecha, los zapatos del mismo tirados junto al armario, semiabierto. Louis era un desastroso, sí. Pero no estaba ahí para reclamarle.

Harry refunfuñó, dándose la vuelta, para caminar directo hacia la biblioteca. Si no estaba en la habitación, debía estar ahí.

Pero, ¿qué estaría haciendo? ¿Estaría leyendo? ¿Estaría mensajeando a su madre, a sus hermanas? ¿A su novio?