Campamento Rousseau [Larry Stylinson].

Capítulo Catorce.

Capítulo Catorce.

“Laberinto de Horta”.

Dedicándole una mirada rápida a su novio, Liam sonrió por lo bajo, se llevó la barra de chocolate a los labios, pensativo, y volviéndose hacia el cobrizo, preguntó:

— ¿Así que, un vídeo?

—Estoy harto de que todos digan que seremos los últimos en llegar, porque pedimos demasiados permisos —explicó Evan, como si se tratase de la cuestión más fácil del mundo—. Y ustedes, desgraciados, estarán en deuda conmigo.

—Nadie te ha pedido que lo hagas —se apresuró Alexia, quien, de ninguna manera, se endeudaría con el sujeto más inmaduro que conocía.

—Mhm, silencio —dijo. La castaña suspiró, estaba un tanto adormilada como para pelear con Evan.

Tras guardar el archivo y ejecutarlo, Evan se recostó en la silla, con aires presumidos. Sabía que valdría la pena, aquella noche de sueño perdido. No soportaba las cantaletas chillonas de ése grupo de drogos que le echaban en cara haber entrado al ático. Así que, ahí, el fruto de todo su esfuerzo.

Por otro lado, Zayn estaba a punto de comerse las uñas. La curiosidad le picaba. Y estaba listo para lanzar un puñetazo a Evan si el vídeo era una simple burla. Le había hecho salir de la cama al tope de las 6:00 AM, para subir a la helada biblioteca. Más le valía tener una obra maestra.

Y así, entre un par de palabrerías cursis que fueron la introducción —claramente escrita por Paula, que descansaba pacíficamente en su habitación—, varios romances escritos por Alexia, el borrador de un cómic escrito por Evan y Lola, y como soundtrack una canción interpretada por Liam, Niall, Zayn, Louis y Harry.

Bueno… tal vez, se había lucido.

—Estoy comenzando a creer que estos idiotas deberían tener una boyband —comentó Alexia, con una risita desgastada. Jo, su hermano en una boyband… ¿En qué universo sería eso posible?

—Yo, haciendo ése solo, ha sido lo mejor que han podido escuchar. Y lo saben —dijo Zayn, mirándoles entre las pestañas. Alexia odiaba que Liam le mirase de esa manera. Era peor que decirle “Sí, amor, lo es”.

Y es que esos dos, hm, eran de esa clase de pareja perfecta, que nunca tenía una discusión, que siempre estaban a gusto con el otro, que sabían exactamente como pensaba su novio, que lo daban todo. De esa clase de pareja que termina apareciendo en un reality show de Asesinatos Matrimoniales.

Vale, tal vez no así. Pero Alexia pensaba que, una pareja que no peleara, se reprimía. Debían discutir. Debían tener esa… esa chispa que se enciende al encontrarse con respiraciones agitadas frente al otro. Conocer ese brusco cambio entre la rabia fulminante al deseo carnal. Alexia sabía, sin haber experimentado aquello, que donde no existiera eso, una pareja no sería completamente feliz.

—Así que… con que Grace y Antoine echen un vistazo a esto, boom pow. 

Evan dijo aquello con una gran sonrisa en su cara, orgulloso, y aunque Alexia quisiera destruirlo, tenía razón. Y esa pequeña sensación de comodidad, junto a la pesadez en los párpados, consiguió que estuviera del mismo lado que Zayn. Sólo déjalo ser.

Con un somnoliento cuarteto de jóvenes en la biblioteca, comenzó el día en el que Harry despertó a gusto, por primera vez, en el campamento.