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e despierto en casa de Locke en una habitación llena de
tapices. Mi boca sabe a ciruelas rancias y está hinchada por
los besos. Locke está a mi lado en la cama, con los ojos
cerrados y la ropa que usó en la fiesta. Comienzo a levantarme, pero me
detengo para estudiarlo, sus orejas puntiagudas y el cabello como pelaje de
zorro, la suavidad de su boca, sus largas extremidades extendidas en la
cama. Su cabeza descansa sobre su mano cubierta de volantes.
La noche regresa en una avalancha de recuerdos. Hubo un baile y una
persecución por el laberinto. Me acuerdo de caerme al barro y reír, algo nada
propio de mí. En efecto, cuando miro el vestido de baile prestado en el que
dormí, tiene pedazos de gramilla pegados.
No es que fuera el primero en ponerle el vestido verde.
El Príncipe Cardan me observó toda la noche, rondándome sin
descanso, esperando el mejor momento para morder. Incluso ahora puedo
recordar el negro azabache de sus ojos. Y si reía más fuerte solo para hacerlo
enojar, si sonría más, y besaba más a Locke, ese es un tipo de engaño que
ni siquiera los mágicos pueden condenar.
Ahora, sin embargo, la noche se siente como un sueño largo e
imposible.
La habitación de Locke está desordenada, con libros y ropa dispersos
en divanes y sofás bajos. Atravieso la puerta y camino lentamente por los
pasillos vacíos de la casa. Encontrando la habitación polvorienta de su
madre, me saco su vestido y me pongo la ropa de ayer. Saco mi cuchillo de
su bolsillo, y cuando lo hago, la bellota dorada sale también.
Impulsivamente, me meto el cuchillo y la bellota en la túnica. Quiero
algún suvenir de esta noche, algo para recordarla, por si no vuelve a suceder
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algo así. Locke me dijo que podía sacar cualquier cosa de esta habitación y
me voy a quedar con esto.
En mi camino hacia la salida, paso junto a la larga mesa del comedor.
Nicasia está allí, rebanando una manzana con un cuchillo pequeño.
—Tu cabello parece un matorral —dice, metiéndose un pedazo de
fruta en la boca.
Miro hacia un plato plateado en la pared, que muestra solo una
imagen borrosa y distorsionada de mí misma. Incluso allí, puedo ver que
ella está en lo cierto, una halo marrón rodea mi cabeza. Alzando una mano,
comienzo a deshacer mi trenza, peinándome con los dedos.
—Locke está dormido —digo, asumiendo que ella está esperando para
verlo. Espero sentirme como si tuviera algo que ella no, al ser la que sale de
su habitación, pero lo que de verdad siento es un poco de pánico.
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klohiyfud
FantasiPor supuesto que quiero ser como ellos. Son hermosos como cuchillas forjadas en algún fuego divino. Vivirán para siempre. Y Cardan es aún más hermoso que el resto. Lo odio más que a todos los demás. Lo odio tanto que a veces cuando lo miro, apenas p...