Número desconocido

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Ran se asomó despacio para observar el telefono, cualquiera que la viera pensaria que aquel objeto se la iba a comer.

"Número desconocido" era lo unico que ponia en la pantalla.

 Ran murmuro aquellas palabras mientras meditaba si contestar o no. Mientras lo pensaba seriamente recordando las palabras de su padre, saltó el contestador de voz.

Le sobraron segundos para contestar cuando escuchó la voz del emisor.

Ran: ¿Shinichi?¿Shinichi que querías?¿Sigues ahí?

Cualquiera notaba la impaciencia de la joven al no oir contestacion alguna al otro lado del telefono.

Shinichi: Oh Ran, creía que no estabas, había saltado el contestador de voz.

Por fin el joven detective se pronunciaba.

Ran: Sí, lo siento... ¿Llamabas por algo Shinichi?

A la ojilila solo le apetecia hablar con el chico, pero había preguntado lo primero que se le pasó por la cabeza para poder cambiar de conversación.

Shinichi: La verdad, es que sí...

El tono del castaño cambiaba completamente, cosa que hizo preocupar a Ran.

Shinichi: Ran, verás...

Sus palabras le costaban.

Ran: ¿Qué?¿Qué pasa?

Intentaba esconderlo, pero el misterio la estaba impacientando y eso la mataba.

Shinichi: Voy a perder el contacto contigo, Ran. Y no se cuando podré volver a hablar, ni siquiera sé si podré enviarte mensajes.

La contestación de primeras no venia acompañada de ninguna palabra, solo silencio. Silencio necesitado por la chica y odiado por el chico. Ahora era él el impacientado, Shinichi no sabia que hacer, todo le dolia, fisica y mentalmente.

Shinichi: ¿Ran?

Suplicaba internamente por una respuesta.

Ran: No

A Shinichi no le bastaba con eso, necesitaba hablar y Ran no parecia estar por la labor.

Shinichi: ¿No qué?

Ran: ¿Te crees que es tan fácil?¿Te crees que puedes simplemente llamarme y decirme esto?

Ran estaba triste, pero no solo eso, no, Ran estaba enfadada, estaba harta y a la vez preocupada, un nudo de sentimientos no la dejaban pensar con claridad.

Ran:¡No puedes hacer solo eso y dejar de hablarme!

Shinichi: ¿¡Y que quieres que haga!?

El ojiazul no estaba tan enfadado, pero no comprendía absolutamente nada y tampoco no sabía que hacer para calmarla.

Ran: ¡Quiero que no me dejes!¡Quiero verte completo desaparecido viciado a los asesinatos!

Shinichi: ¡Ran!

Ella no quería, si lo hubiera pensado mejor jámas lo habría hecho, aprovecharía cada instante que le quedaba. Pero al estar tan liada, asustada, triste y enfadada, colgo el telefono sin pensar, cuando se dió cuenta, la pantalla de su celular se humedecia lentamente mientras lo miraba, luego pasó a recoger sus lagrimas con las manos, tirando el telefono en la mesa.


Dió un golpe seco a la pared en la que se apoyaba ¿Qué debía hacer?¿Cómo podía hacerlo? Guardó su pajarita en el bolsillo sin dejar de apollase en la pared.

El Detective Conan:Un caso preocupanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora