Saludo

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Justo cuando entraron, el científico pidió si podía pasar él solo con Conan. Ai y Heiji se sentaron en el sofá a esperar.

El tiempo pasaba, no había ningún ruido, era tal el silencio, que se escuchaba a la perfección las manecillas del reloj de Haibara.

De una manera muy inesperada ese silencio se rompió.

Apareció, sin previo aviso, un gato que saltaba a la cabeza de Heiji, antes de darse cuenta el minino estaba encima suyo.

¿?: ¡Paquitos! ¡Bájate ahora mismo!

De un empujón, Hattori se deshizo del gato haciendo que saltara hacia su dueña, que acababa de llegar.

Delante de la puerta, se situaba una niña, de siete años la cual sonreía a los invitados. Media lo mismo que Conan, tenía el pelo corto, castaño con un flequillo hacia la derecha recogido con una pinza roja, sus ojos eran de un marrón claro que pasaban desapercibidos con su pelo. Llevaba un vestido marrón con decorados oscuros hasta las rodillas, a conjunto con unas botas marrón claro y blanco, hasta los tobillos.

Llevaba en brazos a un gato, se notaba perfectamente que era un siamés, no tenía mucho más de dos años y era pequeño, cabía en los brazos de la chica sin problemas.

¿?: ¡Oh! Mi hermano tenía razón, iban a venir invitados.

Antes de continuar dejó a su gato en el suelo y se colocó delante de los otros dos.

¿?: Me presento, soy Kiara, la hermana pequeña de Heru. Y este de aquí es Paquitos, mi gato.

Los dos miraban a la niña, que sonreía ampliamente, Heiji tardó en reaccionar debido al susto que le ocasionó el siamés.

Ai: Encantada, soy Ai Haibara.

Heiji: Emm, si, yo soy, Heiji Hattori.

Kiara: ¡Mucho gusto! ¿Sabéis dónde está mi hermano?

Mientras lo decía miraba hacia todas direcciones, viendo que no estaba en la salita con ellos.

Ai: Está en el laboratorio.

Kiara: Entonces iré a preparar té para acompañar la espera.

Se dio media vuelta y entró en la cocina, dejó un dedo de la puerta abierta por dónde se podía escuchar vagamente algún pequeño sonido de lo que hacía.

Mientras, dentro del laboratorio se llevaba a cabo una conversación muy distinta.

Científico: Te va bien si te llamo Conan?

Conan: Si, claro.

Científico: Entonces llámame Heru. Muy bien, necesito comenzar con una revisión para saber por donde comienzo.

Heru se acercó a otra de las mesas buscando algo, todo estaba en su sitio y muy bien ordenado. Conan lo observaba, se hacía una idea de que la revisión no iba a ser como en un médico, todo iba a cambiar, era necesario si querían encontrar alguna cura para el fármaco asesino. Preguntas atravesaron la cabeza del joven, no se resistió y decidió preguntar.

Conan: ¿Por qué? ¿Por qué trabajas aquí oculto?

Heru: En la organización, no solo trabajan una serie de personas y ya está, algunos, como Vermouth, personas importantes, tienen gente en las sombras que trabaja para ellos. Hay algunos escondidos a la perfección y en mi caso, algunos saben que estoy aquí, aunque sigo encubierto, a veces me vigilan.

Aunque Heru estaba de espaldas, Conan seguía observándole.

Conan: ¿Por qué dejaste te trabajar en los laboratorios de la organización?

El Detective Conan:Un caso preocupanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora