Capítulo 12

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Una sombra ocupa uno de los sillones de la habitación, la escases de ropa es perceptible en la oscuridad, portando solamente su ropa interior. En su rostro se aprecia el cansancio, las ojeras muestran la dificultad que tiene para lograr conciliar el sueño. Abrumado por sus pensamientos y los sentimientos que se contradicen, eligiendo que pasos seguir. La furia envuelve a su sistema, el dolor debe desparecer de su corazón, ser dominado por la venganza, el rencor y la maldad.

Sus ojos azules enfocan a Harry dormitando en su cama, apretando sus labios al recordar como sucumbe a los toques y besos que le propina, pero se niega a acceder ante el anhelo de amor que él le manifiesta. No puede otorgar algo que no siente.

Agradece no haber sobrepasado los límites, porque tocar su cuerpo lo condenaría a un compromiso que no es capaz de cumplir y no sería correcto, por sus sentimientos hacia Zayn aún vivos en las penumbra de su odio, sobreviviendo a la fatalidad de la destrucción en su interior.

«Esto es un error»

«Es nuestro error, Hazza»

—Es un nuestro error someternos a la pasión—Susurra, mirando la luz de la luna que se filtra por sus cortinas—Quisiera ser competente para amarte, Harry. Pero no puedo engañarte y avivar tus esperanzas.

El remordimiento destaca en sus facciones, sus acciones inspiraron a su mejor amigo a pretender que aceptaría y correspondería su lujuria. Ha sido un idiota por cometer un nuevo error, que puede lastimar a la persona que más le apoya en estos momentos. Sus manos toman su cabello desesperado, queriendo encontrar una salida viable.

—No sé qué hacer en estas circunstancias—Resolló respirando agitado, sus nervios crispan su calma, convirtiendo en una crisis. Escuchando un leve carraspeo, levanta su mirada rápidamente y la une a la verdosa, inundada de tristeza.

Sus lamentos han sido escuchados por el protagonista, dificultado que las palabras surjan de alguno de ellos, siendo la incomodidad el complemento del ambiente. Niall recupera el control de sus emociones y enfrenta al ser de ojos verdes.

—Harry—Dijo levantándose para acercarse a la cama, necesita que él perciba la intranquilidad que propicia a su alma de las decisiones que está tomando.

—Detente—Ruega dolido, derramando las lágrimas que ha retenido por escuchar las declaraciones de su compañero—Te lo pido.

Acato el pedido, deteniendo en uno de los extremos del lecho, conteniendo sus anhelos de consolar al pequeño niño roto, que exterioriza su frustración frente a la persona que ama. No soporta la eliminación de sus esperanzas renovadas, se tortura por suplicar una emoción que no le pertenece, que en ese corazón tiene dueño.

—Te amo—Revela Harry, abrazándose a sí mismo, intentando controlar las lágrimas que rechazan su orden de desaparecer de sus mejillas—No me arrepiento de sentir esto, me devolviste la vida que Louis me había arrebatado. Acepte que estuvieras con Malik, ya que tu sonrisa enamorada era suficiente para animar mis días, porque deseaba que alguna vez me pertenecieran, aun cuando es imposible.

La declaración impacta al rubio, que se precipita sentándose en la cama por el aturdimiento que le produce la pronunciación de esas palabras que no ansia escuchar nuevamente. Une sus miradas y logra detallar la sinceridad de su amor.

— ¿Cómo toleraste que la persona que te devolvió el amor, estuviera con otro? —Pregunta, acercando su mano a su rostro, limpiando las lágrimas de sus mejillas.

—Es fundamental que si la personas que amas no te corresponde, veles por su felicidad—Responde, movimiento su cachete con la mano que le propina una caricia suave.

NO CIERRES LOS OJOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora