La luz del sol se filtra por la ventana, iluminando cada espacio de la sala resaltando a un chico rubio desparramado en el sofá, rodeado de distintas botellas de alcohol, dispersas en su piso. Su ceño se frunce al impactar uno de los rayos impactar en sus ojos, detonando el dolor de cabeza y física que experimenta por la resaca. Un gemido lastimero brota de su boca al intentar levantarse, más tuvo que obligarse a hacerlo por las náuseas que se aproximan. Se dirige al baño, desechando cada desperdicio que ha consumido, la repulsión que siente por sí mismo va en aumento.
—Soy un asco—Murmura, sentándose en el suelo, apoyando su espalda en la pared, controlando sus espasmos por la antigua acción—No debí esa cantidad absurda de alcohol.
Por la abertura de la puerta abierta observa el estado de su sala, un completo desastre que incrementa su asco. Objetos rotos, alcohol derramado en distintas áreas y cigarrillos esparcidos en su mesa, haciéndolo consciente del acumulo de sentimientos que guardaba fieramente en su interior hasta ayer que colapso con ayuda de los recuerdos, permitiendo que la tristeza ganará y lo guiara en sus movimientos.
Se levanta cuidadoso para evitar volver a vomitar, más su corazón roto le confirma que Zayn continuará interfiriendo en su vida de maneras inevitables. Los recuerdos y sufrimiento ejecutaron la deplorable escena ante él, que además lo avergüenza. Su orgullo lastimado exige que no admita que lo anhela devuelta, que rememoré su infidelidad y busque venganza por lo que ha devastado en su alma, que lo destruya.
Su móvil interrumpe abruptamente sus pensamientos, el sonido ensordecedor acrecienta su malestar, por lo que comienza a buscarlo velozmente entre el desastre, repitiéndose a si mismo que en momentos de resaca lo apagaría. Los ojos de Niall se iluminan al ver el objeto al lado del sofá, lo toma deprisa y atiende, sin detallar quien es el que amerita comunicarse con él.
— ¿Qué quieres?—Pregunta frío, encaminándose a uno de sus sillones, para dejar que todo su peso se deposite en el objeto y así relajar su creciente malestar, que lo mantiene débil e insoportable.
— ¡Qué manera tan cortes de saludar a tu mejor amigo!—Grita Harry, produciendo que un gemido lastimero escape de la boca del rubio, que rápidamente masajea su frente para disminuir el dolor que el de ojos verdes.
—Te agradecería que no gritarás en estos momentos, por favor—Implora, respirando agitado por el padecimiento que no se detiene y no tiene misericordia por su persona.
—Lo lamento pero... ¿Qué tienes para no soportar mis reclamos? —Murmura preocupado, movimiento sus dedos ansioso por saber lo que acontece con su amigo.
—Bebí en demasía y ahora me tortura la resaca—Explica paciente, cerrando los ojos, sintiendo menguar un poco el palpitar de su cerebro y la disminución de las náuseas.
—Niall, te he advertido lo de moderar la cantidad de alcohol que ingieres, tus resacas son criticas cuando sobrepasas tu límite—Reprende molesto, la irresponsabilidad de su amigo le hace percibir lo dañado que esta mentalmente para cometer aquellas acciones, sin pensar en las consecuencias.
—Lo sé, Harry—Suspira desganado, sumergido en las sensaciones de dolor y alivio que recorre su cuerpo—Pero no pude detenerme cuando mis memorias aparecieron y abrumaron mi juicio, devastaron lo que he construido, esa fuerza que he mostrado esta humillada por la necesidad que tiene mi corazón de pedir que vuelva—Su voz se quebró, su tormento crece con los síntomas que presenta, las lágrimas aparecen y el odio por la fragilidad en que se ha descompuesto lo perturba.
—Niall—Llama delicado, ofreciendo con su voz una caricia intangible. Buscando cuidadoso las palabras para consolar el ego—Sé el descontrol de emociones que deben estar mostrándose ante ti, lo comprendo pero no te hundas en esa compasión de tu subconsciente que te ilustra los deseos de tu amor lastimado. En vez de recordarte el valor que portas y de cómo la venganza mejorará tu situación.
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NO CIERRES LOS OJOS ©
FanficSe condenó a amarlo por la eternidad, entregándole cada fragmento de su corazón, permitiendo que fuera el centro de su mundo. Que idiota es. Ese hombre se encargó de destruir cada parte de él, contaminando su alma y corazón con el odio que invadiero...