Capítulo 16

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Los distintos ejecutivos lo rodean, conversando de sus inversiones y el engrandecimiento de sus ganancias por los contratos obtenidos. Niall se irrita de escuchar cada triunfo o estatus que logran en las reuniones que organiza para verificar el estado financiero de sus accionistas, pero con ello asegura que la prosperidad prevalezca en el imperio de mi padre.

—Logré firmar un contrato con los Graham—Ese apellido consigue su atención, impresionándolo de que continúen confiando en la vialidad de esa empresa, aun cuando la prensa hizo público el ataque que recibió su sede—No fue sencillo, sus contratos tienen muchos puntos que se deben discutir para llegar a un acuerdo estable y próspero.

—Escuche que esa empresa tuvo un ataque a sus servidores—Pronuncio otro socio burlonamente, denotando su alegría al notar la rigidez en su compañero—Su estabilidad está en caída a la ruina. El contrato que firmaste puede que no sobreviva al impacto.

La furia resalta en las facciones del accionista, las manos del hombre se empuñan con un propósito predecible y riesgoso. Presintiendo lo que se aproxima, Horan se levanta a intervenir antes que ocurra una catástrofe que puede perjudicar sus tratados con ambos sujetos.

—No cometa el error de golpear a ese hombre, señor—Su voz causa el impacto que amerita, acallando todas las voces y recibiendo la atención de los individuos, escuchando atentamente lo que declarará—Porque la agresión, no solucionará el verdad que ha dicho, usted cometió un horror al pactar un convenio con los Graham.

—Niall—Advierte Cameron, mirándolo seriamente, procurando que las palabras que utilice el hijo de su mayor socio sean profesionales. Que no tenga un desliz diciendo algo que puede condenarlo a ser atacado por los accionistas.

—El que alguien pueda infiltrarse en su sistema denota la nula importancia que le conceden a sus archivos, eso les despoja de la seriedad que deben tener para resguardar y proteger cada documento que administren—Explica, produciendo que las miradas de hombres y mujeres se conviertan en sorprendidas por la concisa de sus palabras—Un error como ese, es imperdonable en este negocio, ya que el hurto de esos registros puede guiarlos a amenazas o extorsión indebida.

Manteniendo su postura firme ante la furia del hombre, se retira al percatarse que nadie concederá una contradicción a sus palabras, ya que son completamente innegables y con fundamento, la formalidad con que presento su explicación demuestra la inteligencia que ha adquirido dentro de la industria y que lo ha llevado a poseer un poder abundante.

—Más solo me ha guiado a la adulación y sonrisas falsas—Susurra llegado a su oficina, deteniéndome al sostener la manilla de la puerta, sintiendo el peso de sus emociones—Cualquier llamada o reunión que se presente, postérgala, Gia —Ella acato la orden y continuo haciendo su trabajo, posteriormente se adentra en el sitio y cierra la puerta, pasando pestillo, para evitar una interrupción.

Suspira cansinamente, encaminándose al centro de su oficina, observando detenidamente cada detalle, admirando los distintos cuadros y libros que ocupan partes de la pared, sintiendo la tranquilidad recorrer el ambiente. Olvidando por un instante el enrollo sentimental en el que se encuentra su mente desde hace dos días. Harry revelando sus sentimientos, él admitiendo que ama a Zayn y la sensación mutante que perdura en su cuerpo al enfrentarse a Brooke. Su personalidad domina en la mañana pero por las noches su sensatez desaparece, quedando un lúgubre vacío.

Un palpitar frenético detiene sus pensamientos, surcando la preocupación en nervios, advirtiéndole de un acontecimiento.

—Algo realmente malo debe haber ocurrido—Pronuncia, respirando pausado para regular su ritmo cardiaco. No lográndolo, toma asiento en uno de los sofás y centra su vista en sus manos, no encontrando la respuesta al sentimiento que desea que se percate de las señales que le confiere.

NO CIERRES LOS OJOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora