En su mente se recrea una predominación con la fuerza de permanecer inmune a lo que está ocasionando su desplome emocional. Respira pausadamente e ingresa al edificio con su rostro inexpresivo, su caminar demuestra la seguridad y elegancia opacando la tristeza junto al dolor , borrando sus lágrimas prevalecientes, resaltando la sonrisa orgullosa e ilusoria que se plasma en sus labios, encubriendo lo que su alma y corazón exclama, siendo un cambio drástico a lo que anteriormente manifestó en su auto.
Los empleados no apartan la mirada de su próximamente jefe, perciben la fortaleza y energía que él emite, los cubre de asombro descriptible por el poder que porta. Otorgándole a Niall, en el recorrido que realiza hasta el elevador, múltiples saludos envueltos en respeto y admiración por parte de ellos. Él los devuelve educadamente pero sin detener su caminar, su objetivo es lo principal en este instante.
Al estar cerca del elevador, se cercioro detenidamente que estuviera vacío para abordarlo, presiono el botón del piso indicado, cerrándose las puertas consecutivamente. La soledad lo rodea y su espalda impacta en la pared, permitiéndose descansar de la fachada que ha creado y que debe perdura en toda la reunión. Sin embargo, un recordatorio logra desestabilizarlo temporalmente, debe enfrentarlo a él, al individuo que le confirió toda su confianza, le dedico tiempo invaluable y le concedió la entrada a su corazón, convirtiéndose en el amor de su vida.
Resultando un fracaso, una vil mentira, una absurda manipulación para que cediera a sus planes y se hundiera en la tristeza que él ha producido en su interior, una huella imborrable que clama por justicia.
Su lengua recorre sus labios, anhelantes de ejecutar sus deseos pero no evita que una pequeña cicatriz revele sus antiguos anhelos. Horan se planteó que Malik yacería junto a él compartiendo cada experiencia y triunfo que se les presentará, apoyándose en las dificultades de su adversidad, proporcionándose el amor que los dos requieren, más sus ideales son una aberración. Por lo equivocado y cegado que estaba.
—Te di el poder de ilusionarme con tus falsas promesas—Murmura, apretando sus manos en puño, acumulando la furia que lo embarga—Fui un idiota por depositar mi confianza en ti, Zayn. Mi corazón fue débil y contradijo mi postura, cambiando mi pensamiento radicalmente, consiguiendo su caída por la terquedad, saliendo afectado—Relajo sus músculos y deshizo la opresión de sus manos al abrirse las puertas del elevador, permitiendo que sus ojos observen el pasillo, impecablemente decorado y las distintas puertas de las áreas.
Ocupándose de la revolución sus emociones, logro surgir del elevador con suficiencia, caminando decididamente a la sala de reuniones, no necesita adelantar los hechos de lo que va a ocasionar en ese espacio, solo quiere que Zayn sea humillado por él, que sea capaz de sentir lo mismo que él.
Sus ojos se centran en la puerta, deteniéndose frente a ella, razonando en lo que pronunciará y manteniendo sus sentimientos ocultos, mostrando exteriormente la frialdad e indiferencia en su expresión facial, debe ser profesional y tener cordura ante todo, ya que no estará solo con él.
Su mano toma el pomo de la puerta, preparado para ingresar e iniciar su plan, pero una melodiosa voz interrumpe sus acciones, más no retira su mano de donde su ubica.
— ¡Señor Horan! —El alarido agotado de su asistente personal resuena en todo el pasillo. Gia Cyrus, una compañera de trabajo excepcional, con ética y responsabilidad, la mejor de su área.
—Cyrus, llegas en el momento justo—Le obsequia una sonrisa de medio lado—Te necesitaré en la conferencia para que tomes nota de lo que se discutirá—Informa, desapareciendo su sonrisa y retomando su semblante serio.
—Entendido, señor Horan. Haré sus órdenes eficazmente—Acepta sonriendo respetuosamente, desapareciéndola e imitando la expresión de su jefe, cuando este gira el pomo y abre la puerta.
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NO CIERRES LOS OJOS ©
Hayran KurguSe condenó a amarlo por la eternidad, entregándole cada fragmento de su corazón, permitiendo que fuera el centro de su mundo. Que idiota es. Ese hombre se encargó de destruir cada parte de él, contaminando su alma y corazón con el odio que invadiero...