Siete

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CAPÍTULO 7: Dejando el miedo

Acomodé el cuello de la camisa que llevaba puesta y me peiné bien. Salí de la habitación y entré a la de mis papás, me coloqué el perfume que más me gustó y fui a la cocina, donde mamá y papá estaban cenando pastel de carne.

Al verme bien vestido y perfumado mamá se extrañó, papá lo notó y volteó a mirarme. Antes que pudieran preguntar yo tomé la palabra.

— Tengo una fiesta hoy... iré con Ethan y los chicos. Me preguntaba si podrían dejarme ir.

La sonrisa de mamá fue de oreja a oreja, eso quiere decir que estaba más que feliz.

— Claro que sí. Pero vuelve temprano– dijo mamá entre sonrisas y miraditas cómplices con papá.

Me despedí de ella con unbeso en la frente y salí, Ethan estaba estacionado frente a mi casa.

— Fue más fácil de lo que pensé– dije abrochándome el cinturón del asiento del copiloto.

— Es tu mamá ¿Qué te dirá? ¿"No, Mike. Tu sales mucho"?

Todos reímos. Ethan avanzó unas calles más hasta llegar a la avenida principal, desde aquí eran un par de kilómetros para llegar al conjunto residencial de aquella chica de la escuela, el lugar lleva por nombre California Ocean aunque no tenga nada que ver con las casas.

Una casa de dos pisos y piscina en el patio trasero. Un gran mesón de bebidas y una chica bailando semi-desnuda encima de esta. La música estaba tan alto que apenas escuchaba mis pensamientos.

— La música está muy alto, ¿No crees?– dije mientras bajábamos del auto.

— Eso es una fiesta, Mike.

Sonreí. Nunca había ido a una fiesta como tal. De niño, soñaba con ser la mejor estrella de rock y hacer las mejores fiestas en casa gigantescas. Porque al fin y al cabo es lo que hacemos siempre, soñar ¿No? Ahora solo sueño con poder llevar una vida tranquila, sin ser el niñito de atrás y el marginado, el que sabe desenvolverse. Dos cosas totalmente opuestas.

Me detuve antes de entrar a la casa, miré mi reloj y eran las nueve con quince minutos, quince minutos los cuales Acacia se había atrasado. Podría llamarlo pero no soy tonto, voy a parecer un urgido. Me senté en el escalón afuera de la casa a esperar que llegara, sentí como tocaban mi hombro.

— Hey, ¿No vas a entrar?– Ethan se sienta a mi lado.

Guardé silencio, la verdad no sabía si entrar. Estaba en una guerra conmigo mismo por no saber qué hacer cuando llegara Acacia, si iba a poder hablar con ella, si podría decir una sola palabra. Tengo miedo, miedo de mi mismo.

— ¿No piensas que es muy apresurado todo ésto? Es decir, nunca he hablado con ella y la he invitado a una fiesta.

— Así comienza tu etapa de desenvolvimiento en la sociedad.

A ésto le llamamos "iniciación" en mi grupo. Cuando somos seres retraídos con nosotros mismos, buscamos la manera de desenvolvernos en un ambiente al que no estamos acostumbrados a estar expuestos, pero para llevar esto a cabo se nos da un incentivo. Ronny por ejemplo, no le gustaba ir a clases, pero su incentivo fue la chica rubia de la clase de cálculo. Yo por ejemplo, mi único incentivo es que sí quiero dejar de ser un retraído.

Voltee al estacionamiento de la casa y vi como una chica pelirroja bajaba de un auto de un modelo muy viejo, me quedé observando hasta que fue lo suficientemente visible para saber que sí era Acacia.

Momento de pánico.

Amistosamente saluda a mi compañero y luego a mi con un beso en la mejilla.

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