CAPÍTULO 26: Fuck christmas.
Diciembre promete ser feliz, el mes favorito de todos y el más esperado. Para muchos fue un año de bendiciones, mientras que para mi es otra fecha más en el calendario. Y aunque una vez juré no contagiarle mi tristeza a otras personas, no tengo ánimos de hacerme el perfecto ésta vez.
Desde que lo de Mónica y yo se acabó mis días se han vuelto realmente aburridos. Antes tenía su compañía, usaba mi celular para algo productivo y no sólo lo tenía para usar la linterna. Aunque trato de convencerme de que fue lo mejor que pude hacer.
Mi comunicación con mamá ha mejorado, ya que es mi única compañía ahora. Sin menospreciar a papá, Chloe y todos mis amigos. Hablar con ella me tranquiliza en ocasiones ya que siempre tiene alguna sabia palabra para mi.
Diciembre pasa despacio, dos, cinco, diez. Todos los días la misma rutina, variaba en las pequeñas festividades, pero aún así seguía siendo aburrido. Tanto así que desperté un veinticinco de diciembre imaginando que ya era cinco de marzo.
En cuanto a Acacia no tengo más noticias que acotar. Sólo que me entristece recordar.
Su presentación fue el mismo día del nacimiento. Recordé su invitación cuando ya eran las plenas dos de la tarde. Recuerdo de corrí demasiado para llegar al lugar, por idiota no tomé el autobús pensando que llegaría a tiempo.
Me senté en las últimas gradas para verla desde las alturas o para que ella no notara mi presencia y así fue. Ganaron por una cabeza, ella resultó primer lugar.
Y mis gritos de alegría fueron silenciados por la pena de estar ahí, con una invitación falsa— ya que estoy consciente de que ella no me querría ahí después de todo— y apoyándola a pesar de que ella no estuvo para mi. Un tonto corriendo detrás de una mosca.
Me fui de ahí con una sonrisa en el rostro, pero con una brecha en el corazón.
Tristemente mi cumpleaños no fue la excepción, pues no pasó de un desayuno y un pastelillo a la hora de la cena. Felicitaciones obligadas por parte de mi familia— que jamás ha enviado un mensaje en todo el año— y un abrazo de mamá a la hora de dormir.
Aunque no puedo quejarme, todos mis amigos vinieron y sacié mis antojos de comer tacos hasta reventar.
Todo se resume en eso, pocas personas pero buena compañía. Más vale calidad que cantidad.
En fin, desperté un 31 de diciembre a las nueve de la mañana. Con el cabello revuelto y el alma echa un desastre.
El ambiente estaba frío, mamá ya estaba despierta. Un caluroso abrazo en un día frío y el café de mamá en la tetera. Serví un poco en dos tazas y me senté a su lado.
— ¿Para quién es la otra?— preguntó ella al ver que tenía dos tazas de café en mis manos.
— Chloe. Espero que despierte y le ahorraré dos minutos de su vida que gastaría sirviéndose café, porque ya lo he hecho yo.
Mamá sonrió— Amaneces con buen ánimo hoy.
— No queda de otra, síntomas de año nuevo.
Ella vuelve a reír, escucho una puerta abrirse y de ahí sale Chlo.
— Buenos días—dice somnolienta.
— Buenos días, siéntate, es una orden.
Le entrego el café y ella me sonríe en agradecimiento.
— Muchas gracias— me sonríe.
— Y bien, ¡Año nuevo chicos!— dice mamá con entusiasmo— ¿Planean hacer algo ésta noche?
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Una Chispa de Vida
FantasySi mi dolor pudiese graficarse en una escala del 1 al 10, diría que estoy en 9, no podría decir 10 ya que estaría exagerando, 10 es dolor total, 10 es la cifra que indica que estoy muriendo y aún no lo estoy, aunque no me molestaría en lo absoluto.