ÚLTIMO CAPÍTULO.

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Luego de tanto indagar por la red, conseguí una buena universidad al norte de la ciudad. Sin escuela pública y sin la alta gama de escuelas.

Una buena universidad con buenos dormitorios para poder pasar el semestre sin necesidad de ir y venir todos los días.

Logré entrar con méritos y recomendaciones.

No pensé nunca en dejar mis estudios por amor. No sé puede tener todo en ésta vida, pero ¿Por qué no correr el riesgo?

Planee por un semestre entero mi regreso, corriendo el riesgo de que ya todo estuviese perdido por el tiempo que me ausenté.

Pero esperaba no tener que pasar por aquello.

Esperé el día correcto, a cierta hora del día. Todo estaba planeado a la perfección. De manera que no pudiera resistirse a la propuesta.

Pude conservar mi auto, así que todo saldría como pensé. O eso espero.

Esperé por meses éste día, que fuera domingo para que nada pudiese impedir que pudiera verla.

Envié el correo tres días antes para hacerlo anticipadamente y que tuviese tiempo de verlo. Recibí respuesta dos días después. No tenía ni idea de ello.

Me vestí con mi mejor ropa. Me coloqué el mejor perfume, y con algo de ayuda del vigilante te la escuela, saqué mi auto del garaje y prometí llegar temprano. Al final no era cuestión de la escuela si un muchacho de 19 o 20 años decidía salir a altas horas de la noche, sólo importaba que estuvieras puntual a la hora de clases.

Coloqué mi presente en la maleta del auto y emprendí mi camino a Everest.

Estacioné el viejo auto en frente y esperé con paciencia que el lugar cerrara. Al ver la luz apagarse me bajé del auto y la vi salir con su suéter en mano y su uniforme. Al ver el auto se acercó poco a poco, esperando a ver a su cita de negocios que supuestamente la había citado a una entrevista en un café nocturno cerca de ahí.

Pero ella aún no podía verme. Arranqué el auto para que ella no se acercara y dejé que se fuera sola hasta su casa, dónde pasaría un Uber a recogerla para dejarla en su destino.

Aunque quise llevarla, eso hubiera estropeado mi plan. Así que seguí mi camino hasta donde la cité.

Me senté a esperarla en el lobby, el lugar estaba por cerrar, pero ya estaba todo planeado. Faltaban exactamente 45 minutos para que todo resultara.

La señorita Style se acercó a mí antes de dejar su puesto.

— ¿Aún no ha llegado tu cita?– preguntó, quitándose la corbata que llevaba.

— Aún no es la hora, señorita Style.

— Me hubiera gustado poder verla. Sé que a tus papás les hubiera gustado ver todo ésto que estás haciendo, ahora que te veo crecer es completamente satisfactorio verte salir del capullo.

— Muchas gracias, madrina. Prometo contarles todo lo que suceda hoy, al igual que a ti.

— Muy bien, hijo. Te dejo a cargo de Mónica, mi suplente. No me defraudes, conquista a esa chica. Tienes hasta las 12.

— Gracias por todo ésto que estás haciendo por mi.

— No hay de qué, adoro los romances de adolescentes.

Me despedí de mi madrina y ella se fue dejándome las llaves del lugar, para suplantarla estaba Mónica, la otra asistente de Campo Grande.

Es un resort en el bosque, un buen lugar de descanso para turistas pero que tiene unos muy lindos lugares qué visitar, como la sala de arte y el salón de música. Además de un lugar fantástico con temática de bosque.

Una Chispa de VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora