capítulo 23

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Narrador

Orihime caminaba completa mente confundida, pero sabía que debía cuidar a su bebé pasará lo que pasará.
No sabía dónde estaba, no conocía fuera y eso la atemorizaba.
Se dio cuenta que a su lado había un río algo profundo y entre más avanzaba más grande se hacía.
Continuó por horas caminando, asta que sus  piernas comenzaron a fallar.
Su vista se nublo y sin más callo al río.

Narra orihime

Me siento muy mal, mis piernas ...
Me están fallando y mi vista se hace más borrosa conforme avanzó.
No soporte más y caí al río,sólo podía sentir un gran sofoco y unas inmensas ganas de morir, sea Como sea moriría de todos modos ahogada y lo que más me dolía, era que mi hijo sufriría las consecuencias.
Mis ojos se cerraron, y con las pocas fuerzas que me quedaban, Di una última caricia a mi vientre.

-u..ulquiorra..
(Murmuró mientras sus ojos se cerraban).

- ○○○

Un peli blanco, ojos morados y piel blanca veía por la ventana de su limusina los hermosos árboles y el bello río que se encontraba allí.
Había salido de viaje y tenía que tomar esa ruta para llegar a osaka donde se encontraba su hogar.
Algo llamo su atención, una chica caminaba por esos rumbos sola y eso lo preocupo demaciado, de pronto pidió a su chofer detenerse y así poder hablar con ella.
Cuando bajo de la limusina, pudo ver que la chica callo al río y sin pensarlo corrió a salvarla.
Retiro su saco y la venda que cubría su rostro quemado, dejándose ver sus grandes cicatrices y su cabello largo junto a uno de sus ojos que estaba cubierto y la razón era sencilla, lo tenía completa mente en blanco.
Cuando entró al agua, tomó el cuerpo de la chica que ya se encontraba inconciente.
La colocó en posición para darle auxilio, sacó el agua de sus pulmones y de pronto abrió sus ojos, dándose a ver unos hermosos ojos grices junto a un bello brillo en ese rostro hermoso, que dejó embobado a el mayor.
Pero la joven volvió a cerrar sus ojos, reviso sus signos vitales y estaban muy débiles.
La tomó entre sus brazos y se acercó de inmediato a su chofer, un peli rojo que veía alarmado la escena.

-¿¡que pasó!?...

-cayó al agua,marca a mi doctor y dile que lo espero en mi casa de inmediato.
Tenemos que ayudarla.

El peli rojo veía con atención a su jefe y no era un secreto que su jefe era su mejor amigo desde niños.
Así que, lo conocía demaciado como para saber que el no acostumbraba a ayudar a nadie, y menos a llevarlos a su casa.
Solo pocos conocían ese lugar y era el, y su padre.
No había tanta servidumbre ya que, para su jefe era muy difícil hablar o relacionarse.

Pasaron 4 horas y en el transcurso noto que su jefe veía a la chica con frecuencia y acariciaba su rostro con ternura.
Notaron que tenía varios golpes, cortes y quemaduras,Era muy preocupante.

-¿pasa algo?..

-nada señor.
(Sonrió)
Es sólo que, hace años que no veía esa sonrisa en usted y toda esa preocupacion e interes.

-(Sonrió)
Tienes razón.
Ay algo en ella que, me hace sentir tranquilo.
Además, siento que..

-debes protegerla.

-Si..
Llegaron a osaka de inmediato, el doctor ya estaba allí y la subieron a la habitación de el hombre.
Pasaron sólo unos cuantos minutos y el médico bajo las escaleras.

-¡Felicidades señor kokuto!.
(Sonrió)

-No entiendo, ¿qué sucede?.

-La señorita está bien, sólo quedó inconciente por lo sucedido.
Ya despertó, y está algo confundida.
Pero, le tengo grandes noticias, usted sera padre.

El Amor No Conoce De Rencores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora