1: miradas van...y van...y jamás vuelven.

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Jinho contó la cantidad de minutos que ha estado fingiendo entablar una conversación con Hwitaek.

12 minutos con veintiséis segundos, exactamente.

La misma cantidad que se pasó mirando el perfil de Kang Hara, quien se encuentra a tan sólo un par de pasos y está mezclada entre la gente amontonada dentro del tren.

Siempre hay mucho barullo dentro de la enorme caja metálica en la que viaja diariamente...y ni hablar de los olores extraños.Jinho aprendió a odiar éste momento del día con los años, pero tuvo que resignarse ya que el tren es el único transporte que puede llevarlo a la escuela.

Aún así...últimamente ver a Kang Ha Ra se ha vuelto parte de su rutina y esa es la única razón por la que ya no es tan terrible.

Jinho le dedica otra mirada, analizando sus tranquilos rasgos.

«¿Quizás a ella le guste...?»

No se ve fastidiada como él por el constante murmullo y las repentinas sacudidas que da el vagón.Todo lo contrario: mientras algunas personas charlan animadamente y otras tienen el teléfono adherido a la mano como si fuera una extremidad, Hara parece tener una definición de viaje totalmente diferente.Su mirada no se desvía de la ventanilla ni por un segundo y de vez en cuando sus labios se estiran ligeramente en las esquinas cuando ve alguna escena cotidiana que le produce ternura.Jinho lo sabe porque, aunque sus ojos oscuros estén tapados parcialmente por el fleco que posee su corto cabello, no tiene necesidad de mirarlos para saber que se asemejan al chocolate derretido cuando está feliz y a la tierra húmeda después de una tormenta cuando está triste.

Varias personas le piden permiso al pasar ya que a apenas hay espacio para moverse, pero ella ni siquiera les dedica una mirada.Se mueve incluso antes de que hablen, como si no quisiera entablar ni el más mínimo intercambio de palabras...ni siquiera por cortesía.

Ella luce completamente ajena a su alrededor.

Parece distante, inalcanzable.

Pero de nuevo...todos saben que ese es su estado natural.

Hara es una chica indiferente.

Y sin embargo, Jinho desearía decirle que su silenciosa presencia estaba comenzando a volverse necesaria para él.

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