21: te comparto una canción en un día lluvioso.

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Y como siempre, Jinho había salido sin paraguas de casa.

Como consecuencia de sus despistes, está completamente mojado y sus zapatillas crujen debido al agua que se metió debajo de las plantillas.Afortunadamente pudo meter la tarjeta del transporte público en su mochila junto con su preciado walkman, salvandolos del diluvio que había fuera del vagón del tren.Desgraciadamente su ropa no había tenido la misma suerte.

Es pleno inicio del invierno y la temperatura es muy baja.Apenas siente las puntas de sus dedos mientras entierra su nariz colorada más profundo en la bufanda e intenta buscar algo de calor, sosteniéndose como puede para no caerse.

La primera estación pasa y luego la segunda.

Bueno...su walkman amarillo está intacto, así que el día no es tan malo después de todo.Mientras se pone sus auriculares y mira el paisaje a través de las ventanillas empañadas, se reconforta con la idea de que pronto estará en su hogar.Por supuesto que la situación no hace más que mejorar cuando la ve sentada en el último vagón, observando hacia afuera con una expresión reflexiva como siempre lo hacía.Le cuesta tomar el valor necesario, pero antes de que se dé cuenta ya está junto a su asiento, sosteniéndose de los caños metálicos que se encuentran en el techo.

—Hola.

Ésta vez no balbucea.Hara tampoco lo ignora hoy.En lugar de eso desliza sus hermosos y pacíficos ojos de la ventanilla para mirarlo, reconociéndolo al instante.A él le da algo de pena verla tan mojada como él.Si pudiera le ofrecería algo con lo cual secarse para evitar que pesque un resfriado, pero ambos están en la misma situación.

Por un momento él se dice que no va a contestarle, pero entonces...

—Eres el chico del otro día, ¿no? El del walkman.—Al oírla él asiente rápidamente y ella le hace una breve reverencia desde su asiento.Entonces, su atención va a parar a la bufanda roja que adorna el cuello de Jinho—Linda bufanda.

La lluvia hacía milagros, definitivamente.

Jinho esconde su sonrisa debajo de la lana roja que roza su barbilla.

¿Era posible que recordara haberla tejido para él? Probablemente no.Quizás sólo fue un comentario pasajero.

Cuando Hara se dispone a voltearse hacia la ventana nuevamente y alzar una barrera invisible entre ambos, él se adelanta y pregunta lo primero que se le viene a la cabeza, desesperado por perpetuar lo más posible el momento.

—¿Tu walkman sigue roto?—Su voz tiembla ligeramente al final de la oración.

Su pregunta la toma por sorpresa, pero acaba asintiendo con una mueca triste.

—Sí.Lo envié a reparar pero como tenían que conseguir los repuestos me dijeron en la tienda que podrían tardar unos días más.

—Que lástima.—Él hace una mueca, empatizando con ella sinceramente.

Para él los viajes largos hacia casa podían ser muy aburridos sin música.Y por la manera en la que siempre que la veía ella portaba auriculares en los oídos, Hara debía sentir lo mismo.

Una idea cruza su mente y teme arriesgarse, pero sabe que quizás no tenga otra oportunidad.

—O-oye...¿pudiste terminar de escuchar la playlist de la que me hablabas el otro día?

—Hmmm, no.—Ella arruga su nariz—No realmente.

De acuerdo, ella era alguien de pocas palabras y él un parlanchín desconocido, lo entendía.

Sin embargo...

Quizás ellos no tendrían que hablar, después de todo.

—¿La traes contigo?

Ella titubea, pero luego mete una de sus pálidas manos dentro del bolsillo de su mochila y saca un pequeño cassette.

Verlo entre sus manos no debería emocionarlo tanto, pero lo hace.

—¿Me lo prestas un segundo?

Hara lo observa con desconfianza.

—¿Para qué?—Le pregunta.

—Sólo será un segundo.

Ella se lo entrega con algo de renuencia.

—Muy bien...—Murmura Jinho, quitando de su walkman el cassette que había estado escuchando hasta ahora para poner la playlist.

A pesar de fingir estar desinteresada, por el rabillo de su ojo él puede ver a Hara ligeramente inclinada y observando cada uno de sus movimientos con la curiosidad de una niña.

—¿En qué canción te quedaste cuando se rompió tu walkman?

—En la cuarta.—Le comenta, frunciendo el ceño—¿Qué haces?

Jinho sonríe incluso antes de encontrar la canción correcta.Él recuerda a la perfección de cual se trata.

—Ten.

Hara se queda mirando el auricular que él le extiende como si fuera lo más extraño del mundo.Los segundos pasan.Las puertas se abren nuevamente con un pitido para luego cerrarse.El corazón de Jinho resuena en sus oídos mientras aguarda a que ella acepte su tímida ofrenda.

—No muerde.—Bromea torpemente cuando el silencio se mantiene intacto, animándola—Sólo intento ayudar.Un viaje sin música puede ser bastante aburrido...no tenemos que hablar realmente.

Entonces Hara finalmente lo toma.Sus dedos rozan ligeramente los dedos de él al hacerlo, dándole escalofríos al chico debido al encuentro entre la piel fría de él y la cálida de ella.

—Pista cuatro, ¿cierto?

Ella asiente ligeramente y se coloca el auricular, incapaz de mantenerle la mirada mientras se gira hacia la ventanilla.

Jinho sonríe y finalmente da play.

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