50: modern love.

70 17 3
                                    

—El amor moderno apesta.—Suspira su mejor amiga, Jiwoo, durante el receso escolar.

A Hara suelen sucederle esta clase de cosas.La gente le habla, pero su cabeza está a kilómetros de distancia y no parece dispuesta a tocar siquiera la superficie de la tierra.Sin embargo, en el día de hoy toda su atención está indudablemente concentrada en un único asiento vacío, por lo que prácticamente se fuerza el doble para atender las penas de su amiga.

—¿Qué sucede?—Con la mano bajo su mentón, dirige sus ojos hacía la angustiada chica.Ella se ve disgustada mientras mira el teléfono.

—Hoy en día, lo máximo que otra persona puede llegar a hacer por tí es comentar una de tus historias o enviarte un mensaje por aquí y por allá de vez en cuando.—Se queja—Y luego, puff.Se esfuman.—Sus ojos oscuros se fijan en los suyos—Ya nada queda del romanticismo, de la conquista y los pequeños detalles, de las primeras citas sin prisas y con largas charlas gratificantes.Todo es sencillo y cómodo o nada.

Hara no sabía qué responder a ello.Nunca antes le habían importando cosas como los chicos o las citas.

Excepto...

Sus ojos parecen tener vida propia: ellos se dirigen de regreso a aquél triste asiento, justo donde días atrás estuvo la única razón por la que comenzaron a gustarle los lunes y los días de clases.La única persona que siempre la había mirado con nada más que fascinación y sana curiosidad, aquella que vivía la vida de tal manera que inspiraba a otros a no perderse ni un sólo segundo.

La persona más altruista y maravillosamente contradictoria que conocía.

“Hoy no está de humor para quedarse después del receso” le explicó uno de sus compañeros por lo bajo a otro en cuanto su diminuta figura se había trasladado hacía el exterior del aula, algo que para variar logró penetrar en el caos de sus pensamientos.

Su abuela murió por estas fechas, ¿sabes?” había agregado el chico, causando que a Hara le pesara el pecho.

Ella también había perdido a su abuelita años atrás por una deficiencia cardíaca a la cual no le habían llevado el correcto seguimiento y sabía cómo se sentía.

Con ese pensamiento en mente no pudo evitar rememorar todas las veces en las que silenciosa e inconscientemente había estado necesitando ayuda y Jinho había estado allí para ella, para escucharla.Pequeños pero importantes detalles: las veces en las que le hizo reír y sentirse plena en los momentos menos esperados, haciéndole sentir una dicha que jamás había experimentado...

Entonces, como por obra del azar, una canción comienza a reproducirse en su viejo walkman, una que ella no se había atrevido a escuchar hasta entonces.En cuanto la música comienza a reproducirse suavemente en su oído derecho, el único en el cual se había permitido usar un auricular para charlar con su amiga, algo ocurre.Un click se produce en su cabeza: el mundo se llena de nuevos colores, de otras perspectivas, de rápidas palpitaciones.

—Hazme caso, Hara.

Con un parpadeo, Hara intenta organizar sus pensamientos.

—¿Qué cosa, Jiwoo?

—Si encuentras un chico, una persona, que realmente mueva cielo y tierra por tí sin esperar nada a cambio...no lo dejes ir.

Las palabras resuenan en su mente como un vago eco, porque antes de que se dé cuenta Hara ya está de pie y ha tomado una decisión.

—Humm...¿dónde vas?—Su mejor amiga la mira con desconcierto.

—A hacer exactamente eso.

Sin más palabras que agregar, ella se lanza hacía la puerta y se pierde en el corredor.Si se apresuraba, podría alcanzarlo.

Mientras tanto, Jiwoo se desprende del shock inicial y desliza su dedo por la pantalla.Aútomaticamente, un anuncio la ilumina.

—¡Ya tengo más de veinte Match!—Festeja con fulgor.

The list » JinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora