59: caleidoscopio.

94 16 17
                                    

Jinho se siente más vivo que nunca.

Antes de Hara, la vida giraba de manera vertiginosa y los días pasaban con rapidez.Él creía que nada podía faltarle para ser feliz: era popular, tenía buenos amigos, su vida amorosa tenía sus buenas rachas y sus calificaciones eran decentes.Pero al mismo tiempo, mirando hacía atrás, siempre tuvo un sabor agrio en la boca.Por alguna razón que desconocía jamás estaba satisfecho.Algo le faltaba.

Pero entonces Hara llegó.

Su vida pudo o no haberse dado vuelta por completo entonces.Conoció facetas de él que jamás creyó que poseía (la timidez, la torpeza, la inseguridad y las dudas).Pero también obtuvo cosas muy gratificantes: a través de ella, Jinho comenzó a transitar la vida de una manera diferente.Hara lograba bajarle los decibeles cada que estaban juntos, enseñándole que cada momento es importante y debe ser atesorado.

Y gracias a ello, ahora las posibilidades son tan diversas como los colores de un caleidoscopio.

Y todas la involucran a ella.

¡Vamos a llegar tarde!—Le grita ella en la oreja, elevando su voz por encima del sonido de los autos y la brisa invernal.

—¡No llegaríamos tarde si alguien no hubiera querido hacer un viaje rápido en tren hacía Seúl!—Se burla el chico, recibiendo una palmada en la espalda como respuesta.

Riendo, Jinho infla sus pulmones y pone a sus piernas a trabajar el doble de duro sobre los pedales de la bicicleta.

Está completamente exhausto, aunque no se permitiría a sí mismo admitirlo.Hara se había ofrecido a pedalear por ambos con anterioridad pero él lo declinó amablemente.Ella aún seguía recuperándose de esa extraña gripe que había tenido semanas atrás y se la veía muy agotada.Si bien los ojeras oscuras bajo sus ojos habían menguado y su rostro estaba recuperando paulatinamente un color más vital, Jinho no quería que se esforzara en nada.

Se propuso a sí mismo hacer de éstas las mejores vacaciones de invierno de sus vidas e iba a cumplir.

Pero vaya que a veces podía llegar a ser una tarea ardua...

—Quizás debería dejar de fingir que troto en las clases de gimnasia y hacerlo realmente...—Murmura bajo su aliento, casi sin aire.

Hara aprovecha ese momento para darle un suave apretón en el hombro, como si intuyera que su cabeza dura no le permitiría admitir que estaba a punto de perder un pulmón por el camino.

—¡Ya casi llegamos!—Lo anima ella entonces con alegría, enderezandose a sus espaldas y sujetándose dubitativamente de sus hombros.

Jinho daría lo que fuera por voltear sólo por un segundo y observar los ojos cerrados de su novia con pura felicidad mientras el viento le agita el corto cabello, tal y como se imagina que está ahora.Se guardaría esa imagen con recelo durante el resto de sus días para sentirse mejor en aquellos días donde el sol no brilla con tanta fuerza como ahora.Desgraciadamente, de hacer eso lo más probable es que ambos salieran volando hacía un lado del camino y hoy no quería hacer ninguna estupidez.

—¡Hara!—Chilla una voz de repente, sonando a unos metros de distancia.

—¡Hola, chicos!—Hara suelta una de sus manos y la sacude en alto, un poco más confiada.

Jiwoo se ve bastante sorprendida mientras se pone de pie y los observa a ambos desde la orilla del pequeño río al otro lado de la calle.A su lado ya se encuentran Yuto, Hwitaek, Kino y sorpresivamente el hermano mellizo de Hara.Este último no tiene una expresión muy agradable mientras los ve acercarse a toda velocidad, pero Jinho no se lo toma personal.El chico parece sufrir una extraña condición que le impide sonreír o ser feliz la mayoría del tiempo.

The list » JinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora