ART POP.

XII

De inmediato tomo las llaves de mi auto y bajo junto con Matthew al garaje.

Le doy las llaves y me monto en el copiloto porque me siento muy nervioso como para conducir.

-¿A dónde vamos?, ¿Podrías explicarme porfavor?-

Le doy a Matthew la dirección y las indicaciones del lugar y en un parpadeo ya estamos saliendo del garaje y en camino a nuestro destino.

Por el camino no hablamos, y creo que ahora Matthew también está ansioso.

Cuando llegamos lo encuentro en una de las bancas del parque en el que me citó y cuando nos acercamos ni Matthew ni yo podemos esconder la cara de sorpresa.

Tiene un ojo golpeado, varios cortes en la boca, y tiene la piel arriba de su ceja reventada.

-¿Quién te hizo esto?- digo

-No lo sé, estaba saliendo de los camerinos cuando uno de los clientes del bar me atacó a golpes.-

-Dios, Violet. ¿Pero tienes alguna idea del por qué?-

-Mi nombre es Jason, Violet es mi nombre artístico.- dice riendo. -Pues realmente no alcancé a reconocer su cara porque estaba muy ocupado cubriendo mi rostro. Pero sospecho que fue uno de los muchachos que estaba cerca a la barra, había uno muy insistente en querer tocar mi trasero y constantemente me decía que quería llevarme a la cama.-

-Es muy díficil lidiar con gente ebria.- digo y veo como Matthew agacha la cabeza por un momento.

-En especial en este tipo de trabajo.- dice Jason -Hay una delgada línea que separa mi trabajo con mi personalidad y la gente no parece entenderlo. Creen que porque hago un show erótico entonces debo dejar que me toquen pero eso es abuso.-

-Cierto, ¿Y no tienes seguridad en el bar?- pregunta Matthew.

Creo que Matthew está realmente obsesionado con el tema de la seguridad.

-Solo en mis camerinos. Durante el show no tengo a nadie.-

-¿Ya fuiste al hospital para que te miren eso?- digo señalándole su ojo.

-No tengo una aseguradora de riesgos laborales. Así que no. He estado aquí desde el incidente.-

-Sube al auto.- le digo dispuesto a llevarlo al hospital.

Cuando Jason se levanta de la banca noto que también tiene la camiseta llena de sangre y tiene dificultad para caminar. Me preocupa que pueda llegar a tener rota una costilla. Matthew lo carga y lo ayuda a subir al auto.

Me entrega las llaves pero yo prefiero que el conduzca mientras yo llamo a mi madre en el camino.

Después de la sexta llamada me responde:

-Hola hijo, ¿Cómo estás?, ¿Sucede algo? Es de noche por aquí.-

-Hola mami, bien ¿Y tú?-

-Bien, ya cerrando negocios y firmando contratos. Lo de siempre. En unas semanas iré a visitarte.-

Río irónico. ¿Visitarte?. Se supone que también es su casa y debería vivir allí. Pero decido no decirle nada.

-Ok, avísame cuando vengas. Escucha, necesito cargar a tu cuenta unos gastos médicos.- intento que no se oiga el resentimiento en mi voz después de lo que dijo.

-¿Te pasó algo?- puedo sentir su preocupación.

-A mí no, pero a un amigo sí y quiero ayudarlo.-

-Me enorgulleces hijo, como siempre ayudando al pobre.- dice.

No es pobreza, es necesidad.