XIV

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MATTHEW.

Despierto junto a él.

Y qué bien se siente.

Realmente me siento orgulloso de mí por muchas cosas. Para empezar he logrado romper poco a poco las barreras que le pone a las demás personas para que no conozcan nada de su vida.

Anoche fue una noche llena de emociones, en especial cuando me confesó que su hermana Julieta fue abusada y luego asesinada. Era la favorita de su padre. La más cercana a heredar el negocio de la familia y según él la más apropiada para el cargo. Una muy triste historia que lo hizo despertar y darse cuenta de muchas cosas. En especial algo que me dijo anoche y se quedó en mi mente hasta el día de hoy.

"Ni todo el dinero del mundo garantiza la vida"

Quizás a partir de esa experiencia se forjó la increíble personalidad que tiene ahora y la increíble forma de desprenderse del dinero y de las personas.

Suena egoísta pero en realidad me aterra pensar que para él sea tan fácil desprenderse de mí. Pero no lo culpo.

Empiezo lentamente a recorrer su cara con mis manos mientras lo miro.

Aún no puedo creer que haya podido presenciar su cuerpo completamente desnudo frente a mí. Para mí fue una experiencia extra sensorial a pesar de que no fuimos tan lejos como yo quería.

Pero en el momento en el que empezó a balancearse y a llevarme con él como si estuviéramos bailando una suave canción no pude hacer otra cosa que borrar recuerdos de mi mente para hacer espacio y atesorar ese momento siempre.

Otra de las cosas por las que estoy orgulloso es porque sigo sobrio. Y no lo hubiera podido hacer sin él. Aunque estoy empezando a pensar que Benjamín sospecha que he cambiado mi alcoholismo por otra adicción, lo sé porque puedo verlo en sus ojos.

Pero no está del todo equivocado.

Ahora parece que soy adicto a él.

Lo cuál me preocupa, yo sé que sus sentimientos por mí no son tan fuertes como los míos por él y la verdad no quiero volver a pasar por esto.

No quiero volver a tener que luchar por alguien.

Benjamín se remueve entre las cobijas, abraza mi costado y entierra la cara entre mis costillas para escapar de los rayos de sol que ya se están empezando a filtrar por la ventana.

Yo decido cubrir su cara con la sábana para que esté más cómodo y me levanto a darme una ducha.

Cuando salgo del baño no lo encuentro en la habitación y salgo a buscarlo para encontrarlo hablando por un teléfono de pared en el pasillo, con sus bóxers blancos y mi camiseta puesta

-Está bien.- escucho

-Lo mismo de siempre.-

-Sí, estoy bien.-

-Aquí es domingo y son las 8 de la mañana. ¿Y allá?-

-Ok, mamá dijo que vendría en estos días pero aún no me confirma.-

-Para pagar unos gastos médicos.-

-No, no eran para mí. Yo estoy bien.-

-Está bien, nos veremos luego. Te quiero.-

Gira para regresar a la cama y me encuentra mirándolo.

Sonríe y sonrío de vuelta.

-Qué extraño es tener una conversación con mi padre cuando está sobrio, siento que es una persona totalmente diferente- dice entrando a la habitación mientras yo lo sigo.

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